Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano

61 reacción. Habrá que ver cómo impacta el reciente afianzamiento electoral de la derecha en Colombia, el giro conservador de varios gobiernos de centroizquierda y el resultado de importantes elecciones en curso. El rumbo estadounidense es el principal condicionante de cualquier acción significativa del neoliberalismo regional. La primera potencia mantiene su influencia en la zona desplegando fuerzas militares en Colombia. El margen de intervención directa de los marines ha quedado recortado, pero la función geopolítica de América Latina, para el imperio, no ha cambiado. En la nueva realidad de UNASUR y CELAC, el imperio ensaya distintos caminos para restablecer su injerencia. El neoliberalismo regional debe ser analizado evaluando esta variedad de procesos. Presenta cuatro dimensiones diferenciadas como etapa, estrategia de libre comercio, política económica y gobiernos derechistas. Es muy importante distinguir esos niveles a la hora de establecer un balance. A diferencia de otras regiones, no hay respuesta simple para definir si el modelo derechista se encuentra a la ofensiva o en repliegue. Existen varios gobiernos en conflicto con este curso y se han obtenido triunfos populares que limitaron su predominio. Pero todas las administraciones actuales comparten el mismo patrón primario exportador de inserción en la mundialización neoliberal. Un gobierno derechista se amolda por completo al rumbo neoliberal, otro de centroizquierda no se aviene fácilmente a ese sendero y los procesos radicales chocan con sus fundamentos. En un caso prevalece la sintonía, en otro la convivencia y en un tercero la contraposición. Esta desincronización deriva, en última instancia, del impacto generado por rebeliones populares victoriosas, que limitaron el alcance regresivo del neoliberalismo sin sepultarlo. Introdujeron grandes transformaciones políticas, que incidieron en forma muy limitada sobre la esfera económica. Por esta razón, es erróneo suponer que América Latina ha ingresado en una fase “posliberal”. Ese giro supondría que toda la etapa de las últimas tres décadas ha quedado atrás y, hasta ahora, ese viraje no se ha consumado. Libre comercio y globalización Los neoliberales contemporáneos retoman la vieja caracterización del libre comercio como llave maestra del desarrollo. Afirman que es la manera más directa de reducir la pobreza y la inequidad. Pero olvidan que la implementación de este principio en América Latina, desembocó en la primacía de exportaciones agromineras e importaciones industriales. Esa asimetría condujo al subdesarrollo y a la inserción dependiente en el mercado mundial. Los defensores del libre comercio ignoran esta trayectoria histórica. Olvidan que Inglaterra optó por esa estrategia cuando ya era dominante a escala mundial. Tampoco recuerdan que el comercio irrestricto fue evitado

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