Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano
49 condiciones estructurales, sino también las coyunturales, empeoraron a partir de ese momento. La actual crisis de la economía mundial define una nueva coyuntura en el siglo XXI. Esta nueva coyuntura imposibilita cualquier intento de replanteo de las políticas de conciliación de clase que caracterizó al neodesarrollismo. En el plano mundial, y por supuesto también en América Latina, la actual crisis del capitalismo mundial tiene su explicación en la superproducción de capital con base en la valorización ficticia. Esto significa que fueron “producidos” demasiados derechos de apropiación futura de valores que tenían correspondencia necesaria con su producción. Es esta contradicción, entre la producción y apropiación del valor, la que caracteriza las crisis en el capitalismo. Hay dos formas –que pueden venir combinadas– de restablecer la unidad entre producción y apropiación de valor. La primera es que la propia crisis devalúe el capital superproducido, lo que de hecho empezó a ocurrir entre 2007 y 2008. Esto lleva al quiebre de importantes instituciones financieras, lo que devino en la segunda forma de respuesta a la crisis. Para no devaluar el capital ficticio superproducido, el Estado tuvo que actuar en los mercados comprando esos títulos que presentaban exceso de oferta. Para financiar esta acción se necesitó que mayor parte del presupuesto del Estado fuese direccionado a los gastos financieros, de pagos del servicio de la deuda pública, lo que significó reducción de los gastos no financieros, justamente, los salarios de funcionarios públicos, las inversiones y las políticas públicas. No por casualidad, el tema del ajuste fiscal como una necesidad, volvió con gran fuerza a la agenda económica, inclusive de aquellos gobiernos presumidamente progresistas. El desbalance era tan grande que los permanentes ajustes fiscales no alcanzaron. La alternativa fue que los Estados se endeudaran en los mercados financieros, lo que llevó al crecimiento, aún más elevado, de las deudas públicas. Por eso es que la crisis del capitalismo contemporáneo pasa a presentar una segunda forma. De una crisis de liquidez/quiebras bancarias pasa a manifestarse como crisis de deudas públicas, o soberanas, en el contexto específico regional de la zona del euro 39 . Y esto aún no resuelve el problema, justamente porque se trata de una contradicción entre la producción y la apropiación de valor. Si la economía política del neoliberalismo, pese a su discurso de ajuste por el mercado, no permite la gran quiebra financiera, el capitalismo actual no tiene alternativa. Es necesario elevar al máximo posible la producción de plusvalía, o sea, incrementar la explotación del trabajo. Es por eso que el ajuste fiscal viene en el mismo paquete de la nueva ronda de reformas estructurales 39 Es muy importante que, en estos momentos específicos, se está gestando una tercera fase de la crisis. Ella se caracteriza por la no resolución de las crisis de las deudas públicas, junto a una nueva crisis bancaria. Esta última se explica porque la masa de capital ficticio, desde 2007, solo creció, en un contexto de estagnación económica. De esa forma, la contradicción que explica la crisis actual del capitalismo contemporáneo solo se profundizó en estos últimos diez años.
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