Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano
48 elevación, y con mayores cantidades exportadas, en función del considerable crecimiento de economías que aumentaron su participación en la pauta exportadora de la región. Eso permitió un alza de las reservas internacionales y del ingreso estatal. Con esto último, la política de conciliación de clase se puede implementar, una vez que el aumento de la recaudación estatal permite la implementación de políticas sociales que minimicen los efectos sociales de la superexplotación. Esto marca una diferencia sustancial entre el neoliberalismo de los años 90 del siglo pasado con el de la primera parte del siglo XXI. En el primer momento, con el escenario externo desfavorable, la capacidad de recaudación del Estado estaba muy comprometida, limitando la posibilidad de políticas públicas y sociales para minimizar los efectos de la superexplotación. En el segundo momento, el Estado logra elevar significativamente su presupuesto, posibilitando la implementación de estas políticas 37 . Aun así, dos comentarios son necesarios. En primer lugar, el escenario externo favorable no fue algo restricto a las economías de los gobiernos progresistas, pero marcó la coyuntura de toda la región. Así, gobiernos que no fueron progresistas, como en el caso de Colombia, pudieron implementar políticas sociales con características muy similares. En segundo lugar, y consecuente con lo anterior, en ese periodo, las políticas sociales, de gobiernos progresistas o no, tuvieron las mismas características. Justamente, aquellas defendidas por el neoliberalismo bajo el paraguas ideológico, político y económico del Banco Mundial. Evidentemente, las economías que buscaron estrategias realmente alternativas al neoliberalismo, como Venezuela, Bolivia y, en menor grado, Ecuador, presentaron políticas sociales con otra concepción. De esa forma, el neodesarrollismo aplicado por algunos de los llamados gobiernos progresistas, tuvo como condición de implementación la existencia de un escenario externo favorable, una coyuntura que pocas veces se vio en la historia de la región. Esto se terminó en 2007 con el estallido de la crisis de la economía mundial 38 , momento en el cual América Latina volvió a enfrentar algo muy común en su larga historia de dependencia. No solo las se volvió a especializar en su producción/exportación con la profundización del neoliberalismo. Los precios de estas commodities son determinados en los mercados futuros, como la bolsa de Chicago, en función del comportamiento especulativo del capital ficticio. Este hecho confirma, aún más, el carácter dependiente de esas economías, toda vez que el margen de actuación en la determinación de estos precios es muy reducido, pese formas activas de interferencia como, por ejemplo, en la OPEP para determinar el precio del petróleo. 37 Se trata de una mera posibilidad y no de algo necesario. Esto significa que las políticas sociales, como el famoso Bolsa Familia en Brasil, podrían no haber sido implementadas. Si otros tipos de gobiernos, no los llamados progresistas, estuviesen en el poder, nada garante que las políticas sociales existirían, o tendrían las mismas características. Esto marca una distinción entre el neodesarrollismo (neoliberalismo progresista) de gobiernos como el brasileño, bajo el período del PT, con el neoliberalismo de los años 90, bajo gobiernos del PSDB. 38 El tema de las contradicciones del capitalismo contemporáneo, que llevan al estallido de su crisis a partir de 2007, en función de la lógica de valorización con base al capital ficticio, es tratado en Carcanholo (2017).
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