Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano
46 ejemplo, esto es, las distintas formas en que la economía dependiente transfiere parte de su (plus)valor producido hacia las economías centrales, definirían los condicionantes más estructurales de la dependencia. La situación concreta de las economías dependientes, en momentos históricos específicos, es dada por estos últimos en conformidad dialéctica con determinantes más coyunturales de la situación externa. Por un lado, la coyuntura se define por el crecimiento de la economía mundial, que construye posibilidades de mercados externos para los productos exportados por las economías dependientes, o sea, lo que define las condiciones de realización del valor producido por la economía dependiente en el mercado mundial, así como la posibilidad del capitalismo dependiente de adquirir importaciones necesarias para su estructura productiva. Por otro lado, y de manera articulada, la coyuntura también se define por la situación específica del mercado internacional de crédito, tanto en lo que dice relación con el volumen de capitales externos disponibles en el escenario internacional, que puede ser atraído por las economías dependientes, hasta para financiar los problemas estructurales de las cuentas externas, así como el precio (tasa de interés) necesario para esa atracción. Estas tasas internacionales de interés aún son importantes para las economías dependientes porque funcionan como base para las tasas de interés domésticas. Los flujos de capitales exigen, para invertir en monedas no convertibles (de las economías dependientes), una diferencia entre las tasas domésticas y las tasas de activos en moneda convertible. Cuando el escenario externo es favorable, con la economía mundial creciendo y con facilidades en la obtención de crédito internacional, existe, como tendencia, un margen de maniobra más amplio para que las economías dependientes contrarresten los condicionantes estructurales de su dependencia. Cuando los elementos coyunturales externos se agravan – en un escenario de crisis mundial aguda, como la que vivimos en este momento, por ejemplo – la condición estructural dependiente se agudiza. Independiente de las oscilaciones cíclicas de la coyuntura externa (e internas también), los condicionantes estructurales de la dependencia obligan al capitalismo dependiente a superexplotar la fuerza de trabajo como única alternativa para un desarrollo capitalista interno. Esta respuesta, del capitalismo dependiente, a la creciente transferencia del (plus)valor producido genera, como consecuencia, la distribución más concentrada de los ingresos y de la riqueza, así como el empeoramiento de los problemas sociales. Esta es la articulación de los componentes de la dependencia que definen la posibilidad del desarrollo capitalista en esas regiones. Justamente, por esa articulación dialéctica entre los componentes del desarrollo dependiente, es posible pensar una historicidad de la dependencia en función de los distintos momentos históricos por los cuales ha pasado y pasará el capitalismo mundial. Por lo tanto, si la economía mundial adquiere una específica forma de valorización del capital, a partir de los años 70 del siglo pasado, el capitalismo contemporáneo, los mecanismos de transferencia de valor y la
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