Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano

45 burguesía nacional, dentro de un programa desarrollista de sustitución de importaciones. La alternativa socialista no puede caer en las trampas del etapismo. Conforme a las especificidades y distintas coyunturas, el cambio de política económica es presupuesto de la ruptura antineoliberal y esta, a su vez, de la revolución socialista, únicamente en el sentido de que, en los días actuales, el socialismo presupone el antineoliberalismo y otra política económica. Pero, como vimos, esto último no presupone el antineoliberalismo (neodesarrollismo), ni el antineoliberalismo presupone el socialismo (nacionalismo de izquierda, para darle un nombre). Cualquiera de estas alternativas al neoliberalismo – incluyendo la falsa alternativa del neodesarrollismo– se vuelve más fuerte y viable cuanto mayor es la cantidad de países dependientes que se inspiran en ella. Esto significa que el tema de la integración regional, más allá de un simple discurso de unión de los pueblos, representa, también, la mayor o menor posibilidad de esas alternativas. Son distintos los enfrentamientos con el imperialismo y los intereses internos que promueve la dependencia, si se implementa la alternativa, en una economía o en el conjunto de esas economías dependientes. La acumulación de fuerzas vale, también, para este tipo de enfrentamiento. 3. Neoliberalismo y dependencia en el siglo XXI Las economías dependientes se insertan de forma dialéctica y subordinada a la economía capitalista mundial. El desarrollo desigual y combinado de la ley del valor-capital en la economía mundial contiene condicionantes estructurales que relacionan las economías imperialistas y las dependientes. Dentro del desarrollo del capitalismo dependiente, pueden ser apuntados los siguientes componentes: (i) superexplotación de la fuerza de trabajo; (ii) transferencia de valor hacia las economías centrales en el nivel del comercio internacional; (iii) transferencia de (plus)valor para las economías centrales por otras cuentas (pago de intereses y amortizaciones de deudas, transferencia de utilidades y ganancias, pago de royalties, etc.); (iv) elevada concentración de ingresos y riqueza; y (v) empeoramiento de los problemas sociales. Más que el conjunto de estos cinco elementos, lo que define la condición dependiente es la articulación concreta de los mismos, en lo que puede ser entendido como la forma concreta en la que se desarrolla el capitalismo dependiente. Esto es importante porque los componentes (iv), (v) y (i) -entendido sin el rigor que le presta la teoría marxista de la dependencia, o sea, como mera elevación de la tasa de plusvalía– hacen parte de las leyes generales de la economía capitalista y no son específicas del capitalismo dependiente. Lo que caracteriza el desarrollo del capitalismo dependiente es la articulación dialéctica de esos componentes. Los elementos (ii) y (iii), por

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