Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano

30 incluyendo el golpe de Estado de 2016. La autora se posiciona desde una perspectiva en línea con lo planteado por Poulantzas y Gough para quienes el poder del capital es de carácter estructural, con lo que las políticas estatales estarían determinadas por relaciones objetivas del sistema económico. Desde esta perspectiva estructural pretende superar limitaciones en el entendimiento de la política social evitando vicios funcionalistas. Finalmente, en relación al golpe parlamentario de 2016, afirma que la motivación de dicho acontecimiento radicó en generar un panorama más favorable a los intereses del capital internacional que enfrentaba algunas restricciones en el contexto de los gobiernos anteriores, con lo que bajo el nuevo contexto, autoritario y de excepción, se ha dirigido una arremetida contra las políticas sociales y el sector público que ha devenido en importantes regresiones en términos de derechos sociales y aumento de la desigualdad. En el artículo “2016, Venezuela en la encrucijada: La crisis económica, social y política”, el economista Orlando Caputo analiza la compleja situación atravesada por la República Bolivariana de Venezuela durante el año 2016 afirmando que dicha coyuntura evidencia la contradicción entre la escasez de mercancías básicas en la economía nacional con una gran inflación y una abundancia de recursos financieros venezolanos en el exterior. Sostiene que la transformación experimentada por el país desde 2006, implicó que Venezuela pasara de ser un país “deudor” a uno “acreedor”, con lo que dicho país mantendría una cantidad contundente y creciente de recursos en el extranjero, sin embargo, sumas cuantiosas de estos recursos venezolanos estarían financiando una parte de los déficits de la economía de EEUU. Finalmente, el autor plantea que la burguesía y sectores de la burocracia aliada con el imperialismo se han apropiado de la renta petrolera, favoreciendo al gran capital y desfavoreciendo la situación del trabajo, y que de no haber un cambio drástico en aquella situación la revolución bolivariana podría ser derrotada. En el artículo “Políticas Públicas de empleo y protección social en Venezuela: Misiones Vuelvan Caras, Che Guevara y Madres del Barrio”, Unaldo Coquies y Xiomara Rodríguez plantean que Venezuela ha avanzado desde el año 1999 hacia un proyecto alternativo al capitalismo, manifestado concretamente en las políticas públicas que los gobiernos bolivarianos han denominado Misiones Sociales. Según los autores, tales Misiones deben comprenderse como la manifestación concreta del proceso de transición hacia el Socialismo que se vive en Venezuela, el cual se ha caracterizado por un fuerte lazo cívico-militar y un Estado revolucionario que ha impulsado las transformaciones sociales desde tres dimensiones concretas: a) Un proceso constituyente y un cuerpo de leyes como marco legal, b) la creación de Planes de gobierno contra hegemónicos que guían el proceso y c) la instauración de unidades productivas, asociativas y democráticas como las Empresas Sociales de Producción (EPS) bajo las cuales descansa el poder popular y el surgimiento de nuevos sujetos revolucionarios. Por último, Osvaldo Blanco y Dasten Julián en su artículo titulado “La precariedad en Chile: ¿Nueva clase trabajadora o fenómeno transclasista?

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