Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano
273 clúster, la Minería alcanza apenas un 2% (principalmente por su pequeño tamaño), es significativo observar que del total de casos pertenecientes a esta rama un 44% pertenecen a este tercer grupo (Tabla 13). Por último, del total de los casos de enfermedades provocadas por el trabajo un 50% pertenece a este tercer grupo, mientras que del total de accidentes laborales un 60% pertenecen a este tercer conglomerado (Tabla 14). La modalidad de salud más significativa dentro de este tercer grupo es FONASA B (37%), seguido de FONASA C (23%), FONASA A (14,5%) y FONASA D (12%) (Tabla 15). La caracterización recién señalada exhibe una desigualdad multidimensional de la distribución de las precariedades y protecciones en el trabajo. Esta distribución dibuja los contornos de una segmentación entre una población con acceso a bienes privatizados y mercantilizados de mayor calidad, más expeditos, de mejor infraestructura y de mayor tecnología, versus una población de mayor cantidad con acceso a los servicios provistos por el sistema público, con una temporalidad más lenta –con la presencia de listas de espera –, menos capacidad de cobertura, subvenciones, menor calidad y limitado financiamiento. Esta brecha entre ambos sistemas se expresa y define parte importante de las condiciones e instituciones en que se reproduce e interrelaciona la clase-que-vive-de-su-trabajo . La precariedad reafirma y erosiona el sostenimiento de la polarización de la segmentación a la vez que induce un efecto importante en las formas de subjetivación de la población, en cuanto habitúa las formas significar y entender las relaciones de poder. Sumado a lo anterior, para una importante parte de los trabajadores las deficiencias del sistema público justifican la “acción racional(izada)” de elección del sistema privado para “cuidarse” de la precariedad y volatilidad de los servicios públicos. Estos mercados se legitiman en las justificaciones de los actores respecto a sus estrategias individuales para enfrentar la vulnerabilidad ante la desprotección pública y solidaria de su bienestar. Aquí es donde se procrea sujetos del malestar neoliberal en la precariedad de las sociedades contemporáneas, donde se ensamblan los modelos de extracción de valor y los diversos equipamientos de reproducción social. Las precariedades deben ser vistas como las sombras y siluetas de un capitalismo radical y feroz que se expande a nivel global como síntoma de sus imposibilidades de constituir un proyecto societario incluyente, solidario, ecológico y humanista. 4. Conclusiones Como ha sido posible constatar en el análisis de datos, la precariedad del trabajo se exhibe de manera transversal en la estructura de la fuerza de trabajo. Si bien es posible identificar un grupo de protegidos (28%), es
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