Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano
221 El capital posee dos fuentes asimétricas de poder. Primero, puede determinar la cantidad y las capacidades del trabajo que contrata a través de su controle sobre la relación capital-trabajo incorporado en nuevas inversiones. Segundo, el capital ha tenido históricamente mayor movilidad que el trabajo por varias razones de peso. Esto se debe en parte a leyes migratorias y a otras restricciones en la movilidad de la población, y refleja así el poder compensador de los Estados. Sin embargo, también refleja la naturaleza de otra actividad societal universal – la reproducción – que requiere formas de familias estables para criar y socializar los niños (...) Como resultado de esos dos factores, el trabajo es asimétricamente dependiente del capital, aunque el grado de dependencia varíe (traducción nuestra). Dependencia estatal de recursos fiscales . Esta fuente se asienta en el principio de que el Estado, por sí mismo, no produce recursos monetarios. Así, para obtenerlos y costear los gastos públicos, el Estado tiene que captarlos por medio de tributación de la renta del trabajo y del capital, o de préstamos al mercado de capital privado a tasas de interés establecidas por las fuerzas mercantiles. Por lo tanto, el éxito de esas operaciones, depende estructuralmente de las actividades de producción, inversión y acumulación protagonizadas por el capital que, dado su carácter lucrativo y dominancia en ese proceso, no puede sufrir bajas. Hasta porque, habiendo perjuicios para el capital, el Estado colocará en riesgo su propia recaudación fiscal y capacidad administrativa, hiriendo intereses institucionales. Es como, didácticamente, presenta Gough basado en el pensamiento de Offe y Ronge sobre “la acumulación como punto de referencia” (1984, p. 124) del ejercicio del poder estatal en el capitalismo: ya que el Estado depende de un proceso de acumulación que está encima de su poder de organizar , cada miembro del poder estatal está interesado en promover condiciones más favorables para la acumulación. Este interés no resulta de la alianza de un gobierno particular con clases particulares (...) ni resulta de ningún poder político da clase capitalista que ‘presione’ a los miembros del poder estatal para perseguir intereses de clase. Pero sí, resulta del propio interés institucional del Estado, que está condicionado por el hecho de que le es negado el poder de controlar el flujo de aquellos recursos que son indispensables para el uso del poder estatal (traducción nuestra; énfasis originales) (GOUGH, idem, p. 123). Control ideológico . Se trata, en pocas palabras, de la capacidad del capital de colonizar amplias parcelas del Estado y de la sociedad por medio de requisitos normativos y morales, que funcionan como correlatos subjetivos del imperio de sus ejes fundadores: acumulación y relaciones de intercambio rentables . Esta capacidad colonizadora se reproduce, no sólo por la amplia legitimidad aumentada por esos procesos; sino también por la dependencia que ellos producen en la vida social en relación al sistema como
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