Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano
204 propiedades, todas con más de 2.500 hectáreas, detentaban el 61,57% de las tierras; y 68,55% de las propiedades, todas con menos de 100 hectáreas, se quedaban con el 5,53% de las tierras, según el Censo Agropecuario del IBGE (2011). Sobre el supuesto Estado inductor, nuestros estudios sobre el presupuesto público mostraron que la capacidad de inducción del Estado brasilero fue muy restringida. Se hace necesario comprender mejor el papel del BNDES (Banco Nacional de Desarrollo) en ese proceso (Souza, 2017), pero en lo que refiere al presupuesto federal, donde se concentra más del 60% de los recursos públicos, incluso después de las transferencias constitucionales, hubo un constreñimiento permanente del financiamiento de las inversiones y de las políticas sociales, en función del superávit primario y del pago de intereses, encargos y amortizaciones de la deuda pública. Así, la existencia del PPI, desplazando parte del superávit primario hacia inversiones en el PAC, en sus dos versiones no implicó una efectiva alteración de la ruta, aunque hay tenido impacto después de años de profunda estagnación de la inversión, lo que genera la ilusión del “neodesarrollismo”. Veamos algunos datos: En 2011, el gobierno cortó R$ 50 billones del presupuesto; en 2012 efectuó el contingenciamiento de R$ 55 billones, siendo R$ 5,47 billones de salud y R$ 1,93 billones de educación; en 2013, hubo un contingenciamiento de 28 billones, y en 2014, de 44 billones de reales. El contingenciamiento ha sido un mecanismo importante para la formación de superávit primario, lo que permanece como cláusula pétrea de la economía política brasilera desde el acuerdo con el FMI de 1999, teniendo en consideración su importancia para la seguridad de los acreedores de la deuda pública. En el presupuesto de 2014: 42,02% estuvieron comprometidos con el pago de la deuda (incluido el desplazamiento); 4,11% para salud; 3,49% para educación; 2,86% para asistencia social (donde está el Programa Bolsa Familia, cuyo gran impacto político y económico para la vida de las familias, como se ve, moviliza pocos recursos); 2,68% para políticas de trabajo; 0,22% para la reforma agraria y 0,35% para seguridad pública (Fuente: Auditoría Ciudadana de la Deuda, acceso en julio de 2014) Sobre la Desvinculación de los Presupuestos de la Unión [ DRU, según sus siglas en portugués] , entre 2006 y 2012 fueron “expropiados” del presupuesto de Seguridad Social: R$ 309.941 billones de reales (Fuente: ANFIP, 2013), o sea, este mecanismo retira el 20% de las fuentes de recursos de la seguridad social, especialmente al COFINS (Contribución para el Financiamiento de la Seguridad social) y el CSLL (Contribución Social Sobre el Lucro Líquido), destinándolos para otros fines, especialmente el pago de intereses y encargos de la deuda pública. Es interesante que, incluso disminuyendo la relación deuda/PIB en Brasil, acompañando cierta caída temporal de las tasas de interés (entre marzo
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=