Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano
202 de interés en el mundo); la reducción del superávit primario federal, con desplazamiento de recursos hacia la inversión; y la expansión del crédito con gran énfasis en el financiamiento popular. Esta economía política navegó en una economía mundial favorable entre 2004 y 2008 – fundada en los commodities y en la palanca china y del este asiático, beneficiándose mucho de ese contexto. En ese ambiente se accionó un Estado inductor, con desbloqueo de la inversión pública, diferente del Estado inhibido de actuar del período de la contrarreforma para activar el mercado interno en el contexto de un pacto político que remite, para Singer, al bonapartismo, y a las dinámicas por lo alto, ya que los muy pobres y los muy ricos parecían felices con la internalización de conflictos y la especie de arbitraje ejercida, administrando las tensiones entre las coaliciones productivistas y rentistas, y cohibiendo los excesos de la excitación de la lucha de clases en torno de las expresiones de la cuestión social que permanecieron intensas en el campo y en las ciudades. Así, concluye Singer que el timón se movió en la dirección del desarrollo, en el contexto del reformismo débil, con perspectivas de impactos sobre la pobreza en el corto plazo y apenas a medio y largo plazo sobre la desigualdad, manteniéndose esta arquitectura político económica. ¿Serían esos elementos suficientes para afirmar que superamos el umbral del neoliberalismo, tomando una trayectoria reformista, de universalización de las políticas sociales y de desarrollo, aunque sea lento, y de ruptura con los patrones históricos de nuestro drama crónico da heteronomía y desigualdad, conforme afirmaba Florestan Fernandes? O como afirma Boito Jr. (2012), ¿la intervención política de los trabajadores dio un nuevo impulso al capitalismo en Brasil a través del Estado, en una especie particular de reedición de la etapa democrático burguesa, que tiene como protagonista a la “burguesía interna”, a la cual seguiría una etapa socialista? ¿Sería el neodesarrollismo o desarrollismo de la era neoliberal y que no rompe con ella? A pesar del monto del proceso observado y sus implicaciones para la lucha de clases, hay elementos nada, poco o incorrectamente tocados por estos interlocutores, y que no permiten una respuesta afirmativa sobre la reanudación de una ruta siquiera reformista . Se trata de no sobrestimar determinaciones en detrimento de otras, cuando todas ellas están operando en la totalidad en movimiento. Y no se trata de no reconocer de forma sectaria la importancia de os desplazamientos observados, sino de proponer una interpretación de su significado, de sus sentidos, como también persiguen nuestros interlocutores, a pesar de que no lleguemos a las mismas conclusiones. Por lo tanto, cabe calificar mejor dos cuestiones: el desarrollo que está siendo estimulado a partir del Estado; y la lógica de la política social que está siendo desencadenada por el mismo. Sobre el desarrollo, tenemos que considerar los argumentos centrales de Reinaldo Gonçalves (2012). Para él, estuvimos delante de un desarrollo en marcha atrás, que poco tuvo relación con el nacional desarrollismo. Pienso que el camino del autor terminó por sobrestimar al propio nacional desarrollismo en Brasil. En este debate compartimos con Florestan Fernandes y Octavio Ianni: el nacional-desarrollismo tuvo límites
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