Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano
201 Vamos a cotejar algunos argumentos clave del proyecto en curso y otros más críticos para construir caminos de interpretación del papel del Estado en el Brasil del lulo-petismo. Para Pochmann, esa dinámica alteró las bases sociales de la economía brasilera y los trabajadores de sueldo base se tornaron protagonistas de un importante movimiento de movilización de la estructura social brasilera, sin que se les pueda caracterizar como “nueva clase media”. Para él estuvimos en un nuevo modelo de desarrollo, con mayor grado de universalización de los servicios y políticas públicas, fundado en el aumento de la renta del trabajo en la base de la pirámide social. O sea, un Estado inductor tuvo un papel central en esta trama. Para Singer, además de los cambios de las bases materiales y sociales – en lo que difiere poco de Pochmann, rechazando como este último la idea de nueva clase media, o de Boito Jr. (2012), que se refiere a las mismas dinámicas -, se alteraron también las bases políticas de legitimidad del proyecto que él llama de “lulista”. Las bases de legitimidad política de este proyecto migraron progresivamente de las camadas medias tradicionales y de los trabajadores formales hacia los segmentos más pobres de la población brasilera. Singer llamó a ese proceso de realineamento electoral, analizando detalladamente la votación de Lula en 2006 em comparación con 2002 y las elecciones presidenciales anteriores, cuando identificó que este segmento de bajísima renta migró de su conservadurismo profundo cuando percibió alteraciones en sus condiciones materiales de vida, en la expectativa de mayor movilidad social. La proposición analítica de André Singer es muy sofisticada y provocativa: él sugiere que la economía política “lulista”, y que tiene continuidad con Dilma, optó por una especie de reformismo lento, diferente del reformismo fuerte que marcó el programa del PT (el cual fue literalmente archivado), teniendo a la vista emprender cambios graduales y asegurar puntos de equilibrio en un pacto conservador, a partir del Estado. Este pacto tuvo en una punta a los trabajadores pobres o subproletariado y, en la otra, al capital financiero y la gran burguesía. O sea, para él se emprendió un combate a la miseria parcialmente exitoso sin confrontación con el capital; o el combate a la pobreza dentro del orden . Vale decir que Singer reconoce que la pobreza monetaria cayó rápido (20 millones de personas atravesaron la frontera de la pobreza absoluta), pero la desigualdad fue más persistente. Según la CEPAL (2010), 10% de los más ricos poseían el 50,6 % de la renta y el 10% más pobre en Brasil poseía el 0,8%! La distribución funcional del ingreso, que muestra la repartición de la riqueza entre capital y trabajo, permaneció poco alterada y profundamente desigual en Brasil, y quedó escondida bajo el Índice de Gini, con lo que el autor concuerda con Filgueiras y Gonçalves (2007), que desarrollaron este mismo argumento. Así, si el primero escenario de los años 2003-2004 apuntó hacia la continuidad neoliberal, a partir de 2004 en adelante, para Singer, hay otro escenario. Además de los datos anteriores sobre el empleo, que Singer considera próximo al pleno empleo, lo que es enteramente incorrecto, considerando el grado de informalidad en Brasil, y no es corroborado por Pochmann, él agrega la caída de los intereses (aunque sea el cuarto país con la tasa más alta
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