Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano

193 Comparaciones simplistas con la crisis de 1929, y la referencia genérica -ignorando la particularidad histórica brasilera - al intervencionismo estatal en sus variadas formas a lo largo del siglo XX en el PDRE (1995), mientras tanto, procuraban justificar la dirección de la “reforma” como necesaria e irreversible . Se observa que el centro de la “reforma”, en verdad, fue el ajuste fiscal, lo que es una incongruencia entre el discurso de la llamada reforma y la política económica. Aquí ocurrió una especie de aparente esquizofrenia 242 : se argumentaba que las razones de la crisis estarían localizadas en el Estado, donde sería necesario “reformarlo” para nuevas necesidades, corrigiendo distorsiones y reduciendo costos, discurso repuesto hoy en el proyecto capitaneado por Michel Temer, dígase de pasada. Mientras tanto, la política económica corroyó aceleradamente los medios de financiamiento del Estado brasilero por medio de una inserción en el orden internacional que dejó al país a merced de los especuladores del mercado financiero, de forma que todo el esfuerzo de reducción de costos preconizado se escurrió por el ralo del crecimiento galopante de las deudas interna y externa. Ejemplo de eso es que sólo el Ministerio de Hacienda gastaba 48% del Presupuesto de la Unión, según el Informe de Rendición de Cuentas del Gobierno Federal de 1998(15 de junio de 1999) que analizó las cuentas del Gobierno Federal, en el año 1997, donde se concentraba el peso de la deuda 243 . En ese período, ya estaban realizadas la mayor parte de las privatizaciones de empresas estatales, hechas en nombre de la disminución de la deuda pública y de la búsqueda de eficiencia para que el Estado pudiese hacer políticas sociales, un eje anunciado por la “reforma” del Estado. 242 “Afección mental caracterizada por el relajamiento de las formas usuales de asociación de ideas, baja de afectividad, autismo y pérdida de contacto vital con la realidad” Cf. Buarque de Holanda, 1986: 712 [traducción propia]. La esquizofrenia proviene de la fragmentación, de forma que hay una pérdida de la dimensión de totalidad, que aquí aparece como una incoherencia, una disociación entre los objetivos de la “reforma” – de combatir la crisis fiscal - y la macroeconomía del Plan Real, que alimenta a la misma. La esquizofrenia es una dominante cultural de nuestro tiempo “de hombres partidos” (Carlos Drumond de Andrade). Pero quiero resaltar que, en este caso, se tiene una esquizofrenia aparente, considerando la autoconciencia del proyecto FHC (Fernando Henrique Cardoso) y la intención deliberada de encubrir sus objetivos, como aspecto central de la intervención pública de sus conductores. Se podría decir que ellos perdieron el contacto con la realidad. Mientras tanto, esta afirmación se limitaría a la apariencia de los procesos, que encuentran explicación racional en la lógica de la inserción brasilera en el capitalismo contemporáneo. Aquí, cabe recordar que la farsa, señalada por Marx (1976), no es una sorpresa, siendo posible su aprehensión. De la misma forma, es preciso distinguir la fraseología de determinados segmentos, de lo que ellos realmente son, su lugar en la producción, su localización en la sociedad de clases. De ahí proviene la idea desarrollada por Kosik (1986) a partir de Marx, de la destrucción del mundo de la pseudoconcreticidad, en el sentido de comprender la lógica interna de los procesos, reconstruyéndolos en el nivel del pensamiento. Tal procedimiento es más que nunca un requisito en este Brasil del Golpe de Estado de 2016. 243 Y se concentró en el Ministerio de Hacienda a lo largo de los tres períodos analizados. En realidad, la macroeconomía del Real se vuelca para asegurar el pago de intereses, encargos y amortizaciones a los acreedores, realizando una punción de plusvalor socialmente producido para las entidades financieras (Behring, 2017)

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