Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano

177 Si consideramos la centralidad de ciertos actores para cada uno de los gobiernos, podemos encontrar diferencias -a nivel discursivo- entre Bachelet y Piñera. La primera pone el acento en la ciudadanía y el segundo en el empresariado, como el protagonista que puede ser capaz de cambiar el país: “creo que el problema de Chile es la falta de más empresarios, falta de ese espíritu de innovación, de emprendimiento, de asumir riesgos y de crear empleos” (Piñera, 2013). En la dimensión económica el discurso de ambos enfatiza el buen manejo macroeconómico de las arcas fiscales. La acción estatal debe promover políticas sociales y económicas sustentables o con equilibrio presupuestario. Bachelet plantea una política de inversión pública y privada como guía de la gestión presidencial, y sustento para la ejecución de las políticas sociales y contra cíclicas en período de la crisis económica de mediados del año 2007. También considera la importancia del mercado y el sector económico privado para fomentar y fortalecer el desarrollo económico del país, desempeñando un rol complementario al Estado hacia la disminución efectiva de desigualdades y la entrega de mayores oportunidades para lo(as) ciudadano(as): Si somos capaces de conciliar políticas sociales buenas y económicas, todos ganamos: los empresarios se liberan de trabas que dificultan su accionar y cuentan con mejor acceso al financiamiento. Los trabajadores ven multiplicarse y mejorar la calidad de sus opciones de trabajo. Los consumidores acceden a más y mejores bienes y servicios. Y todo ello dinamiza nuestra economía, permitiendo que el país aproveche mejor la capacidad emprendedora de nuestra gente (Gobierno de Chile, 2007: 30). En Bachelet, junto a la importancia del crecimiento económico, se suma la idea de que el sector productivo se vincule al circuito de mercado global, a través de la exportación. Para ello, son fundamentales las políticas de innovación y creación de conocimiento, además de políticas que estimulen el emprendimiento y la creatividad, cuestión que el gobierno de Piñera y sus asesores también comparten: El esfuerzo y la constancia de pequeñas empresas familiares ha sido premiada al conseguir un extracto regenerativo de la piel a partir del caracol chileno, que ya se exporta en todo el mundo. (…) Lo que estamos viendo es cómo se conjuga, (...) las ganas de surgir y la creatividad de nuestra gente. Las acertadas políticas de apoyo al emprendimiento. La oportunidad que ofrece la apertura de mercados externos (Gobierno de Chile, 2007: 23) . A su vez, Piñera dirá que se debe incentivar la creación de empresas, porque son el motor de la economía:

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