Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano

176 Bachelet y Piñera valoran el legado democrático en Chile, sin embargo, consideran que aún requiere de fortalecimiento y madurez porque no es lo suficientemente inclusivo con los sectores sociales más desfavorecidos y de la ciudadanía en su conjunto. Plantean la reformulación del sistema de elección y representación política: Las transformaciones que proponemos tienen como telón de fondo una democracia cada vez más cohesionada. Una democracia donde todos los ciudadanos y ciudadanas tengan espacio para participar y deliberar. Donde todos los derechos y libertades son respetadas. Queremos instituciones democráticas de calidad. (Gobierno de Chile, 2006: 15). Piñera afirmaba: “La sociedad de oportunidades, seguridades y valores necesita una democracia e instituciones sanas, transparentes, participativas y respetadas. Por ello es imperioso avanzar con urgencia en dos caminos paralelos y complementarios: acercar la política a la gente y acercar la gente a la política” (Gobierno de Chile, 2012: 29). Respecto al ámbito de las relaciones internacionales (regional y mundial) y la política exterior, el discurso de Bachelet promovió las relaciones con la OCDE, pero especialmente con Estados Unidos, dando importancia al intercambio económico de libre comercio y de instancias globales como la ONU: Insistiremos en la participación de Chile en las operaciones de paz de Naciones Unidas. Otorgaremos gran importancia al fortalecimiento de la ONU (…) que permitirán un mejor manejo de los desafíos del terrorismo y la proliferación de armas de destrucción masiva. Con Estados Unidos compartimos valores y objetivos centrales en política exterior, como (...) la búsqueda de un comercio internacional más libre. (…) Continuaremos consolidando nuestra relación con Estados Unidos. (Bachelet, 2005: 104). Para una adecuada conducción del Estado, la participación de diversos actores: ciudadanía -sociedad civil, empresarios, autoridades, es fundamental. De esta manera, ambos gobiernos plantean la alianza público-privada como eje de su gestión, considerando la importancia que adquiere la economía a la hora de alcanzar las metas de ambos mandatarios. Ejemplo de ello, es el fomento a la innovación que señala Bachelet: En resumen: durante los próximos cuatro años transformaremos la política de fomento productivo en Chile, creando un nuevo sistema nacional de innovación. En este sistema el Estado, el sector privado, las universidades y otras organizaciones no gubernamentales serán socios. (…) Y también impulsaremos una ambiciosa campaña de imagen-país en conjunto con el sector privado (Gobierno de Chile, 2006: 5).

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