Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano
173 ocuparán un lugar importante: la educación, la formación de mano de obra, la expansión del microcrédito y del crédito consignado, el fortalecimiento de la agricultura familiar, el avance de la reforma agraria pacífica y productiva, la economía solidaria, el cooperativismo, el desarrollo de tecnologías simples y la expansión del arte y la cultura popular (…) las políticas sectoriales deben ser fuertemente integradas. (Da Silva, 2007). Rousseff mantiene la preocupación de Lula para enfrentar la desigualdad y promover el desarrollo, a través de la articulación entre crecimiento sostenido y políticas sociales universales como las de educación, salud, seguridad social y todas aquellas que permitan erradicar la extrema pobreza, crear empleos y oportunidades para toda la población. Pero, no se trata solo de ello, sino de mejorar la calidad de las políticas públicas para la población: En el plano social, la inclusión sólo será alcanzada plenamente con la universalización y la cualificación de los servicios esenciales (...) La superación de la miseria exige prioridad en la sustentación de un largo ciclo de crecimiento. Es con crecimiento que serán generados los empleos necesarios para las actuales y las nuevas generaciones. Es con crecimiento, asociado a los fuertes programas sociales, que venceremos la desigualdad de la renta y del desarrollo regional (Rousseff, 2011). Una vez resueltas las cuestiones pendientes en el plano político, económico y social, Brasil puede aspirar a alcanzar el ansiado desarrollo y una mayor igualdad entre los países a nivel global, además de fortalecer su democracia. Dilma señala: “Podemos ser, de hecho, una de las naciones más desarrolladas y menos desiguales del mundo -un país de clase media sólida y emprendedora-. Una democracia vibrante y moderna, plena de compromiso social, libertad política y creatividad institucional” (Rousseff, 2011). A partir de lo anterior, en el Cuadro Nº 1 se sintetizan las similitudes y diferencias, en el ámbito ideológico del neodesarrollismo, de los gobiernos de Lula y Dilma, en lo que compete al campo económico, político y social, en el período 2003-2013. Como se puede observar, existen más similitudes que grandes diferencias en todos los ámbitos, con lo cual podríamos hablar de continuidades entre los tres gobiernos (dos de I. Lula Da Silva y uno de D. Rouseff).
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