Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano
170 Es importante recordar que el destino de un país no se resume a la acción de su gobierno. Él es el resultado del trabajo y de la acción transformadora de todos los brasileros y brasileras (...) Del tamaño de la participación de todos y de cada uno: de los movimientos sociales; de los que trabajan en el campo, de los profesionales liberales, de los trabajadores y de los pequeños emprendedores, de los intelectuales, de los servidores públicos, de los empresarios, de las mujeres, de los negros, de los indios y de los jóvenes, de todos aquellos que luchan para superar distintas formas de discriminación (Rousseff, 2011). En la dimensión económica , ambos declaran la centralidad del crecimiento, en la generación de empleos y la distribución de renta. En su primer gobierno, Lula sostenía: “Es absolutamente necesario que el país vuelva a crecer, generando empleos y distribuyendo renta (...) mi compromiso con la producción, con los brasileros y brasileras, que quieren trabajar y vivir dignamente del fruto de su trabajo (...) crear empleo será mi obsesión” (Da Silva, 2003 citado en Fundação Alexandre de Gusmão, 2008: 10). La propuesta para generar crecimiento económico, integra –sin contradicciones- el desarrollo de la pequeña, mediana y gran empresa. A modo de ejemplo, en una misma área como es la agrícola, el apoyo a la economía solidaria, el cooperativismo y agricultura familiar es compatible con los agronegocios y la agroindustria. En general, se considera que el Estado, para ambos gobiernos, tiene la función de apoyar estas diversas instancias de desarrollo económico bajo el mercado globalizado, fortaleciendo el valor agregado de las mercancías, para su inserción (o exportación) en el mercado internacional y también para el aumento del mercado interno, Vamos a incrementar también la agricultura familiar, y el cooperativismo, las formas de economía solidaria. Ellas son perfectamente compatibles con nuestro vigoroso apoyo a la pecuaria y agricultura empresarial, a la agroindustria y el agronegocio (...) además del combate implacable a la inflación, precisamos exportar más, agregando valor a nuestros productos y actuando, con energía y creatividad, en los suelos internacionales del comercio globalizado (Da Silva, 2003 citado en Fundação Alexandre de Gusmão, 2008: p. 10). Lula plantea que el desarrollo económico del país va aparejado a la inversión en tecnología y capacitación para dar valor agregado a la producción. Por otro lado, se busca que la inserción de Brasil en el mercado mundial sea en condiciones apropiadas y a favor de un mejor posicionamiento y presencia en el mercado internacional. En este sentido, la importancia del intercambio comercial con diversos países y bloques, fue parte del discurso de Lula, con el fin de explorar y estimular la multipolaridad de la economía a nivel global:
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