Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano
166 coordine el sector no competitivo de la economía y practique una política macroeconómica activa (Bresser-Pereira, 2016). Se apuesta por un Estado fuerte que garantiza crecimiento y desarrollo (Boschi y Gaitán, 2008) y que provee un marco institucional apropiado para sostener este proceso estructural (Bresser-Pereira, 2016), con un rol de planificador estratégico y regulador de los intercambios económicos, como medida de protección ante los riesgos de un mercado mundial liberalizado (Valencia, 2008, citado en Faé, 2015). Respecto de su dimensión social , el neodesarrollismo propone una política de reducción de la desigualdad a partir de cuatro puntos: una política tributaria progresiva, la creación de un Estado social, una política de salario mínimo y una política monetaria que fije un nivel de tasa de interés (Bresser- Pereira, 2016). Se entenderá por Estado Social “aquel que financia grandes servicios sociales universales de educación, salud y seguridad social” (Bresser- Pereira, 2016: 241). Sicsu, De Paula y Renaut (2007), destacan la centralidad del crecimiento como condición sine qua non para la reducción de la desigualdad, porque genera empleo y posibilidad de recaudación de renta, pero también son imprescindibles políticas sociales y educacionales, que permitan la inclusión económica formal de personas que poseen bajos niveles educacionales, por tanto, baja productividad y bajos salarios (Sicsú, De Paula y Renaut, 2007). Luego, en atención a las tesis neodesarrollistas, una de ellas se refiere a la dimensión social que valora la existencia de “un salario mínimo legal, transferencias en efectivo a los pobres y, principalmente, la garantía estatal de proveer empleo con un salario vital, pueden utilizarse para neutralizar esta tendencia al mal pago del trabajo” (Fundação Getulio Vargas - Centro de Estudos do Novo Desenvolvimento, 2010: p. 1). 2.2.- Neoliberalismo a la chilena: ortodoxia y experimento El neoliberalismo encuentra sus raíces en las contribuciones de Von Hayek y la Sociedad de Mont Pélerin (Harvey, 2007; Anderson, 1999). Puede entenderse como una teoría de “prácticas político-económicas que afirma que la mejor manera de promover el bienestar del ser humano, consiste en no restringir el libre desarrollo de las capacidades y libertades empresariales del individuo, dentro de un marco institucional caracterizado por derechos de propiedad privada fuertes, mercados libres y libertad de comercio” (Harvey, 2007: p. 6). Con ello, el neoliberalismo le asigna un papel al Estado de crear y preservar las condiciones institucionales para el desarrollo de estas prácticas. El patrón capitalista, dominante en la era neoliberal, se compone de cuatro grandes módulos: a) la acumulación por desposesión (privatización y mercantilización de recursos vitales); b) la financiarización; c) la gestión y manipulación de la crisis; d) las redistribuciones estatales (Harvey, 2007). El consenso mundial sobre el neoliberalismo como única alternativa posible, terminó de gestarse con la caída del muro de Berlín y de los países del bloque Soviético a comienzos de los años 90 representando una teoría económica y normativa que orienta y establece pautas al Estado y los sistemas políticos a
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