Neoliberalismo, neodesarrollismo y socialismo bolivariano
106 Por otro lado, hay países en que los gobiernos adoptan proyectos de clara orientación socialista que implican, incluso, una fuerte reducción de la liberalización económica. Sin embargo, estos gobiernos son incapaces de alterar la estructura básica de producción, acumulación y distribución de riqueza e ingresos. La divergencia entre la reorientación de las estructuras, procesos y relaciones en el campo de la política y la mantención de las estructuras, procesos y relaciones en el campo de la economía, genera fuertes contradicciones que tienden a generar crisis sistémicas. Ese es el caso de Venezuela desde el cambio del siglo XX al XXI. En consecuencia, los análisis superficiales abundan, en la medida en que se limitan a los discursos oficiales y a los elementos de apariencia y alegoría y, por tanto, descuidan los hechos y resultados. 158 Para superar esas superficialidades e imprecisiones, hay que enfocar la cuestión metodológica central: diferentes modelos implican diferencias significativas en cuanto a un marcador específico o índice de liberalización económica. La liberalización económica está directa y positivamente relacionada al grado de libertad de las fuerzas del mercado, o sea, de la interacción entre oferta y demanda de productos y factores de producción. Los mercados son internos (o domésticos) y externos (o internacionales). El grado de libertad, por su parte, está determinado por la intervención del Estado, a través de sus funciones económicas de asignación, producción, estabilización, regulación y distribución. Para ilustrar, los gastos del Estado en educación pública y gratuita - función de asignación- afectan la conducta y desempeño de las empresas y la estructura de los mercados de servicios de educación. El monopolio estatal de la explotación y producción de hidrocarburos -función productiva- influencia la estructura del mercado de esos productos primarios. La adopción de las políticas monetaria, fiscal, cambiaria, etc. enfocadas en los ajustes internos (inflación, por ejemplo) y externo (balanza de pagos)-función estabilizadora– condicionan el funcionamiento de los mercados de productos y de los mercados cambiarios y financieros. Las políticas de tarifas y de desempeño de las empresas de servicios de utilidad pública, las políticas de protección ambiental, regulación bancaria y la legislación laboral –función reguladora– son determinantes del funcionamiento y de la formación de precios en mercados diferentes (combustible, electricidad, telefonía, industria de transformación, servicios de salud, servicios financieros, etc.). Y, finalmente, políticas en los campos de la tributación, estructura agrícola, tecnología, salud, educación, relaciones laborales, crédito, comercio exterior, 158 Un ejemplo, en ese sentido, es Brasil durante el gobierno de Lula (2003-10). Parte de los analistas atribuyó rótulos de nacional desarrollismo, social desarrollismo, neodesarrollismo o nuevo desarrollismo a un modelo que implica resultados diametralmente opuestos a aquellos esperados por las directrices históricas del desarrollismo. De hecho, el gobierno de Lula es un ejemplo de liberalismo sincrético que produjo el desarrollismo al revés. Ver, Gonçalves (2013). Críticas a las rotulaciones y análisis superficiales del gobierno Lula (neodesarrollismo, etc.) son presentadas por Castelo (2012), Sampaio Jr. (2012) y Almeida (2012).
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