Aluviones y resiliencia en Atacama: construyendo saberes sobre riesgos y desastres
El aluvión de marzo de 2015 85 a nivel del mar, entre Tahití, en la Polinesia Francesa, y Darwin, en Australia. Este índice corres- ponde a una medida de las fluctuaciones a gran escala de la presión atmosférica, asociada a los anticiclones subtropicales, que ocurren entre el Pacífico ecuatorial oriental y occidental durante episodios El Niño y La Niña. Períodos prolongados con valores negativos de este índice coinciden con aguas anormalmente cálidas en el Pacífico ecuatorial oriental, características típicas de epi- sodios de El Niño convencional (Ropelewski y Jones, 1987; Allan et al., 1991; Ko”nnen, et al., 1998). La Oscilación Decenal del Pacífico, corresponde a un patrón de variabilidad sobre gran par- te del Océano Pacífico pero a escala de varias decenas de años, cuyo impacto sobre el clima es similar o puede amplificar el impacto de los episodios ENOS de escala interanual (Mantua et al., 1997; Zhang et al., 1997; Garreaud y Battisti, 1999). El cálculo del índice mensual de esta oscilación se basa en las anomalías de temperatura superficial del océano al sur de los 20°N de la cuenca del Pacífico. Se ha mostrado que esta oscilación ha presentado dos periodicidades generales durante el siglo XX, una de 15 a 25 años y otra de 50 a 70 años (Minobe, 1997). Valores persis- tentemente positivos/negativos de este índice apuntan a fases cálidas/frías de esta oscilación, que señalan condiciones tipo-El Niño/tipo-La Niña, respectivamente. A partir del análisis de los registros meteorológicos y oceánicos instrumentales, se puede decir que condiciones tipo-El Niño a escala decenal, con valores del índice del PDO consistentemente positivos, prevalecieron entre 1925-1942 y desde 1976-77 hasta 1997-98 (Zhang et al., 1997; Garreaud y Batisti, 1999). Lo anterior es consistente con registros paleoceanográficos de alta resolución temporal de la costa del Norte Grande de Chile (23ºS), que sugieren además que condiciones tipo-El Niño prevalecie- ron también durante las últimas décadas del siglo XIX e inicios del siglo XX, superpuesto a un cambio regional en las condiciones océano-climáticas desde 1877-78 en adelante (Vargas et al., 2007). Finalmente, el índice PDO muestra valores significativa y consistentemente altos a partir del 2015, lo que sugiere la posibilidad del inicio de un nuevo periodo decenal tipo-El Niño, pero para lo cual no se dispone aún de suficientes observaciones. La comparación del registro histórico con los índices de variabilidad El Niño, muestra que la mayoría de los episodios aluviales en Chañaral y la cuenca del río Salado en general (aluviones o inundaciones), han ocurrido concomitantemente con condiciones El Niño a escala interanual, a excepción de los episodios de 1929 y 2017 (Tabla 2), y con condiciones tipo-El Niño a escala decenal. Lo último se verifica para los eventos ocurridos en las últimas décadas del siglo XIX e inicios del siglo XX, así como para aquellos concentrados entre los periodos 1925-42, 1977-98 y desde 2015 (Figura 4). La mayor parte de los casos de aluviones o inundaciones en Chañaral han ocurrido concomitantemente con anomalías positivas de la temperatura superficial del mar, ya sea en el pacífico ecuatorial central (ATSM Niño 3.4) o más cerca de las costas de Sudamérica (ATSM Niño 1+2), sugiriendo la importancia del rol del océano en la intensidad de las tormentas que pueden afectar finalmente a la región de Atacama (Figura 4). Las mayores temperaturas superficiales en el Pacífico ecuatorial central favorecen la ocurrencia de una teleconexión atmosférica tropical- extratropical que genera un anticiclón cálido, o también llamado de bloqueo, al oeste de la Península Antártica desviando la trayectoria de las tormentas hacia latitudes menores que las habituales, permitiendo que frentes de mal tiempo alcancen la zona central e incluso el norte de nuestro país (Rutllant y Fuenzalida, 1991; Garreaud y Rutllant, 1996;Montecinos y Aceituno, 2003; Vargas et al., 2000; 2006; Ortega et al., 2012). Estas condiciones estuvieron presentes durante el evento de marzo 2015, concomitantemente con una anomalía positiva de la temperatura superficial del mar frente a la costa de Perú durante la segunda quincena de marzo, lo que habría
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