Aluviones y resiliencia en Atacama : construyendo saberes sobre riesgos y desastres

El aluvión de marzo de 2015 39 cuya escorrentía tiende a ser nula el resto del tiempo, algo que había sido ya informado por Philippi en 1860 (Tabla 1). A lo anterior, se suma la necesidad demedidas demitigación adecuadas para contener los aluviones por estas quebradas. En este último sentido, cabe destacar las medidas iniciadas luego del aluvión de 1972, durante el gobierno de Salvador Allende, que buscaban mitigar el impacto en Chañaral de los aluviones por la quebrada del río Salado, las cuales serían realizadas directamente por las instituciones del Estado, truncadas por la dictadura militar a partir de 1973, y retomadas parcialmente con posterioridad a este régimen. Por ejemplo, es importante señalar que si bien la quebrada del río Salado contaba con una canalización en el sector urbano de Chañaral el año 2015, ésta resultó totalmente colmatada y desbordada por las aguas y sedimentos del aluvión, tal como se constató en una visita a terreno realizada en la semana que siguió al evento (Figura 3). Lo anterior refuerza la necesidad de considerar no sólo modelaciones basadas en los registros hidrológicos o meteorológicos instrumentales, para sustentar los diseños de ingeniería con fines de mitigación, sino también la perentoriedad de incluir las evidencias del registro geológico e histórico. Figura 3. Vista de la canalización de la quebrada del río Sa- lado bajo la Carretera Panamericana, con desagües col- matados por sedimento ( a ) Fuente: Gentileza de Cristián Cerda , y el canal ya limpiado luego de haber extraído gran can- tidad de sedimentos luego del aluvión del 25 de marzo de 2015 (b) Fuente: Gabriel Easton .

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