Aluviones y resiliencia en Atacama : construyendo saberes sobre riesgos y desastres
Conocimientos e información como pilares para la construcción de resiliencia 311 organización, por ejemplo, en el caso que se produjera una situación de caos, tenían establecida la casa de una amistad para reencontrarse ante alguna eventualidad. “Esto que sucedió, yo se los voy a contar a mis hijos, porque después de cuantos años puede volver a suceder lo mismo, entonces para que ellos también tengan precau- ción… es lo que a mí no se me enseñó, nunca se conversó” (Mujer, 48 años, Chañaral). Para aquellos, que manifestaron que este conocimiento no les fue de utilidad, argumentaron que esto sucedió debido a que “quedaron bloqueados” al momento del desastre o por el miedo no actuaron; que no estaban preparados para la magnitud del evento y no supieron qué hacer durante la emergencia o solo se actuó por instinto; y que al no saber que el fenómeno se acercaba, el conocimiento no pudo ser utilizado de forma oportuna. Relacionado a la interacción de los entrevistados con el medio ambiente, durante las en- trevistas, un aspecto relevante que emergió es que, por estar Chañaral y Diego de Almagro ubi- cados en una zona de bajas y esporádicas precipitaciones, al comienzo del evento fueron motivo de celebración y alegría para los habitantes, pues significaban una oportunidad de mejorar la disponibilidad de agua en la zona, en desmedro de alertarse frente a un evento que finalmente los afectó negativamente. Por otro lado, el conocimiento local, es decir el adquirido por vivir en un lugar, es valioso en cuanto permite complementar la información recibida, así como con otros tipos de conocimientos. “En caso de emergencia, conozco la localidad y se cómo llegar a un lugar seguro de forma rápida” (Mujer, 35 años, Chañaral). De quiénes y cómo adquirimos estos saberes y conocimientos Cerca de la totalidad de quienes fueron entrevistados aseguraron haber adquirido estos tipos de conocimiento, principalmente, por la experiencia personal de haber vivido otros desastres simi- lares. Algunas personas también comentan que obtuvieron este conocimiento por el hecho de vivir en la zona; de familiares cercanos; de vecinos tanto de la propia comunidad, como de locali- dades aledañas; de la gente que vive en la cordillera, como la etnia Colla y de registros históricos. “Yo creo que primó la experiencia no más de todo lo que uno sabe de años anterio- res” (Mujer, 50 años, Diego de Almagro). Una reflexión importante relacionada específicamente al conocimiento experiencial es que, según la opinión de las personas entrevistadas, el haber sufrido un desastre como el del 25M y otros de gran magnitud en el pasado, les ha permitido adquirir un conocimiento que es útil, por lo que debería ser transmitido a las próximas generaciones, por ejemplo, para que se logré una disminución del sufrimiento de las personas expuestas, como para fomentar la toma de conciencia. “Hay que crear conciencia en la gente, yo creo que es re importante, yo creo que… bueno sería importante también recordarle a la gente, no sé yo creo que para nadie es bueno recordar una tragedia, pero sería importante recordar suponte tú los 25 de marzo ¿Qué pasó? Que la gente más o menos… en marzo es como que nos prepa-
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