Aluviones y resiliencia en Atacama: construyendo saberes sobre riesgos y desastres

Aluviones y resiliencia de Atacama. Construyendo saberes sobre riesgos y desastres 310 Alrededor de la mitad de quienes mencionaron tener conocimiento relacionado a la etapa de preparación ante el desastre, éste no les fue utilidad. Lo anterior debido principalmente a la magnitud del evento (Figura 9), la cual sobrepasó experiencias anteriores. Aproximadamente dos tercios de la población entrevistada posee conocimiento relacionado a la respuesta durante la emergencia. Éste les fue útil a la mitad de ellos para estar alertas y evacuar a tiempo, aunque, una vez más por la magnitud y rapidez en que sucedió el desastre, algunas personas no alcanzaron a evacuar y buscaron refugio en los techos de sus casas. Éstas afirman que “sabíamos que teníamos que escapar a un lugar alejado y con altura”; “que si el agua entraba a nuestras casas, teníamos que levantar nuestras pertenecías del hogar o sacarlos para protegerlos” y “poner sacos de tierra, piedras, latas o cualquier cosa que sirviera para que el agua no entrara a las casa”; “dónde estaban los albergues, ya que están casi siempre en el mismo lugar”; y “a quién se puede acudir por ayuda e información”. “Usted tiene que pescar a los niños e irse pa’ donde su mamá o a un cerro, váyase al cerro más alto” (Mujer, 46 años, Diego de Almagro). Este conocimiento también les sirvió para mantener la calma para poder “actuar razona- blemente”, dar tranquilidad a las personas cercanas y contener a sus familiares, y especialmente, a los menores de edad y más jóvenes que no han tenido experiencias parecidas. Un entrevista- do ahondó más en este tema aludiendo a que, basado en experiencias anteriores, utiliza este conocimiento para preparar a la familia, traspasándolo a sus hijos, el cómo prepararse y actuar ante una emergencia, inculcando la protección de la vida por sobre cualquier bien material, y la Figura 9. Magnitud del evento 25M, Chañaral. Fuente: Dania Mena.

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