Aluviones y resiliencia en Atacama: construyendo saberes sobre riesgos y desastres

Aluviones y resiliencia de Atacama. Construyendo saberes sobre riesgos y desastres 298 que la mayoría de los entrevistados hicieron énfasis en que, para estar preparados y responder de mejor manera a un desastre, es necesario que la población reciba información de la amplia gama de amenazas a la que está expuesta, y no solo de las más recientes o frecuentes. “Aquí habría que culturizar a toda la población con respecto a las catástrofes posibles que se pueden suscitar acá y eso no se hace” (Hombre, 43 años, Diego de Almagro). Por otro lado, es relevante señalar que los entrevistados hicieron alusión a que la informa- ción entregada, en relación a los tsunamis, no se puede extrapolar a otras emergencias, ya que las vías de evacuación y zonas de protección son distintas. “No sabía dónde ir a protegerme… haber estado preparado para que el agua llegara desde el mar y no desde la cordillera” (Mujer, 48 años, Chañaral). Para el caso del desastre 25M, se considerará el período de emergencia desde el día 24 de marzo, día en que los entrevistados identificaron la gestación de un desastre de gran magnitud por la intensidad de las lluvias, finalizando esta etapa 2 o 3 días después del 25 de marzo. Según los entrevistados que señalaron haber recibido información, durante el día del evento del 25M, o bien los días inmediatamente previos al desastre. Ésta se centró en la amena- za, específicamente en las fuertes precipitaciones que se acercaban a la región y las localidades donde habitan. Además, en algunos casos se detallaba sobre la lluvia en la cordillera, de carac- terísticas tropicales, con una isoterma alta y altas temperaturas. Es importante mencionar co- mentarios realizados por algunos entrevistados al respecto, como por ejemplo, la anormalidad de la lluvia y la posibilidad de que “se saliera el río”, lo que se informó por internet o por noticias de fuentes extranjeras, como por ejemplo de EEUU, que comunicaban una alta probabilidad de producirse aluviones; información, que se comenta “nadie creyó”. Otros entrevistados, indicaron haber recibido información de lo que ocurría en otras localidades, específicamente Copiapó, Tie- rra Amarilla y Alto del Carmen, en las cuales el agua ya “estaba bajando” y algunos caminos se habían cortado. En relación a la información entregada a la población durante los días previos, específica- mente sobre qué hacer o cómo actuar durante la emergencia, pocos entrevistados mencionan indicaciones como, por ejemplo, proteger sus viviendas y techumbre con nylon entregado por la municipalidad; proveerse de alimentos básicos, velas y agua; o estar alerta al uso de sirenas en caso de ser necesaria la evacuación. Según los entrevistados no existieron instrucciones claras ni oportunas respecto de qué hacer en caso de utilizarse la sirena. “Dijeron que iban a tocar la sirena cuando viniera el río; nos dijeron ‘se viene el río’, pero nunca nos dijeron ‘tienen que salir’ o ‘saquen sus cosas porque se viene algo grande’, nada” (Mujer, 48 años, Chañaral). “Lo único que decían es que el comité de ONEMI, el COE, estaba reunido no más, estaban reunidos y que en cualquier momento iban ellos a dar una información y seguían reunidos, nunca dieron información clara” (Mujer, 35 años, Chañaral).

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