Aluviones y resiliencia en Atacama: construyendo saberes sobre riesgos y desastres

Experiencias comunitarias: desigualdad y oportunidades para la resiliencia de desastres 243 son un medio que permite recoger las percepciones y recuerdos de lo vivenciado por las per- sonas, facilitando la reconstrucción de los hechos pasados que marcan un antes y un después, brindando una oportunidad de fortalecer los lazos de reconciliación con lo ocurrido en la catás- trofe y otorgarles a las personas una oportunidad de desahogo interno y de cerrar etapas. En ese sentido Salgado y Aliste (2015) nos plantean que: “La memoria colectiva puede ayudar a esa noción de identidad local, ya que esta habla a través de elementos que son simbólicos, que son rituales o que pueden estar contenidas en ciertos hábitos: se muestran a través de las conductas, de los gestos, del lenguaje, de las marcas hechas en el espacio” (p.3). En un contexto de desastre como el ocurrido en Atacama, la reconstrucción de la memoria colectiva permite conocer la experiencia cotidiana de sus habitantes, desarrollando una particu- lar sensibilidad sobre lo vivido, y cómo esa fusión entre su territorio y su identidad van íntima- mente ligados. La experiencia de esta investigación así lo demostró. 2.5. Resultados y Discusión La investigación permitió comprender muchos aspectos vinculados a la experiencia vivida por la comunidad de “Los Pintores de Chile” tras el desastre. En relación a la dinámica socio-territorial, se establecieron los diferentes momentos de la comunidad. Al respecto se puede mencionar que la comunidad experimentó diversos cambios significativos en el proceso de aluvión, como por ejemplo, la pérdida de los espacios de encuentro, un quiebre en las relaciones sociales por distanciamiento entre los propios habitantes que se quedaron y los que decidieron irse. Estos hechos han resultado difíciles de superar por la comunidad. Al momento de culminar esta in- vestigación aún se evidenciaban los vestigios de todo aquello, aunque los problemas medio- ambientales en el territorio habían disminuido, aún se mantenían las condiciones de riesgo por focos infecciosos,micro-basurales, y escombros de las viviendas no habitadas que se mantenían, existiendo un gran número de perros callejeros, abandonados por sus dueños. Todo esto conllevó a una demora en el proceso de normalización, incluyendo acciones y actividades que antes de este suceso se realizaban. Sin embargo, posteriormente al aluvión, también surgió una necesidad desde los sujetos de recuperar sus espacios y demostrar que la reconstrucción en todas sus dimensiones es posible. Los habitantes del sector desarrollaron un mayor apego y revalorización con su territorio y la construcción de la vida comunitaria, trabajando colectivamente. Se movilizaron en base a una organización y estableciendo reuniones que surgieron en un comienzo de manera espontá- nea en búsqueda de metas próximas, se esforzaron por mantenerse en el lugar, y para ello fue indispensable la unión de los habitantes y la buena convivencia, como también el compromiso con su comunidad, lograron avances progresivos en el desarrollo social y local de la población. En cuanto a las relaciones comunitarias anteriores a la catástrofe, eran distantes y mar- cadas mayormente por la cordialidad, pero una vez ocurrido el desastre y cuando la comunidad pudo lentamente comenzar a restablecerse, hubo un cambio, emergiendo la unión, el fortale- cimiento de lazos antes no visibilizados y el trabajo comunitario tras un objetivo en común: levantar la comunidad. La solidaridad posterior a la situación de emergencia, evidencia la organización comunita-

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=