Aluviones y resiliencia en Atacama: construyendo saberes sobre riesgos y desastres
Aluviones y resiliencia de Atacama. Construyendo saberes sobre riesgos y desastres 164 van desde los cientos de metros a los cientos de kilómetros, mientras que su duración va desde algunas horas hasta algunas semanas. Los flujos detríticos se desarrollan a una escala de tiempo menor, entre algunos minutos hasta algunas horas. Su escala espacial va desde algunos metros hasta algunos kilómetros. El impacto de un determinado fenómeno es distinto según sea la respuesta del ambiente, ubicación y tiempo durante el cual se desarrolla, por lo tanto, su comprensión permite identifi- car el tipo de medidas y su nivel de alcance. Por ejemplo, las inundaciones pueden desarrollarse durante varios días, por lo tanto, las medidas estructurales deben ser evaluadas mediante obras que posean un nivel de permanencia en el tiempo, y así se pueda conducir el flujo hasta algún punto aguas abajo. Un ejemplo de estas obras son los gaviones, enrocados en los bordes del cau- ce, canalizaciones, que logran en la mayoría de los casos desviar las aguas río abajo. Estas obras deben ser evaluadas a lo largo del cauce que involucra a la ciudad o poblado completo, siendo útil analizar tramos de cauces cuya longitud alcanza las decenas de kilómetros. En cambio, los flujos detríticos, entendidos como flujos producidos en diferentes puntos de las laderas, son de mayor intensidad, debido a la mayor energía potencial que le transfiere el medio, y por lo tanto, las medidas estructurales corresponden principalmente a obras que dismi- nuyan la energía del flujo. Estas obras también tienen mayor probabilidad de falla, producto de la incertidumbre asociada a la determinación del flujo que escurra por dicho cauce natural. Estas obras civiles corresponden a diques ubicados en sectores de alta pendiente y a hondonadas o represas en los sectores del valle, que sirvan para acumular detritos de diferente tamaño, o la parte sólida de dichos flujos. En este contexto, la morfología de las quebradas donde se generan estos eventos es muy importante cuando se evalúan las medidas de mitigación. En quebradas largas, de valles am- plios, y abanicos aluviales igualmente amplios, con aporte de sedimento a lo largo de todo su trayecto, se considera que las medidas de mitigación más apropiadas son de tipo piscina de contención de sedimentos. En quebradas cortas, de altas pendientes en toda su extensión, más estrechas y encajo- nadas, rodeadas por laderas de pendientes que aportan material detrítico directo al cauce, se considera que es necesario generar primero obras para mitigar procesos como caídas de rocas y deslizamientos. Estos procesos son principales aportantes de material detrítico al cauce, el cual posteriormente puede ser movilizado en forma de flujos detríticos aguas abajo. De acuerdo a esto, se podría considerar la instalación de obras tipo mallas dinámicas, muros de contención, zanjas, enfocados en la mitigación de procesos de laderas aledañas a las quebradas laterales, de forma de disminuir la componente detrítica de potenciales flujos de detritos. Posterior a esto, se pueden implementar obras de canalización de flujos en el cauce. Al reducir la componente detrítica, las obras de canalización tienen más probabilidades de actuar favorablemente en la mitigación de los procesos. Las medidas no estructurales también pueden ser analizadas con la comprensión de la amplitud en las escalas espaciales-temporales (Figura 8). Por ejemplo, para las inundaciones, las medidas no estructurales permiten diseñar medidas que idealmente involucren a la región completa o a lo menos a la cuenca hidrográfica que afecta a la ciudad o poblado. Para el caso de los flujos detríticos, dada la velocidad de desarrollo de estos fenómenos, la atención de la po- blación debe ser inmediata. Las medidas no estructurales como la búsqueda de vías de escape hacia áreas identificadas para ello, debe ser resuelta en menos de 1 hora, a partir del inicio de las tormenta.
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