Aluviones y resiliencia en Atacama: construyendo saberes sobre riesgos y desastres
Aluviones y resiliencia de Atacama. Construyendo saberes sobre riesgos y desastres 156 3. Descripción hidrometeorológica del evento 2015 y comparación con eventos anteriores 3.1. Antecedentes generales Durante marzo de 2015 se desarrollaron diferentes eventos de precipitación en el norte de Chi- le, cuya alta intensidad generó importantes crecidas aluviales en diferentes valles, afectando a centros poblados con inundaciones, cortes de camino y de energía, además de pérdidas de vidas humanas, entre otros. Las localidades más afectadas en la Región de Atacama fueron: Diego de Almagro, Copiapó, Tierra Amarilla y Alto del Carmen. En la Comuna de Tierra Amarilla, la quebrada que generó un aporte directo de flujos de detritos a la ciudad de Tierra Amarilla fue la quebrada Cerrillos o Carrizalillo, la cual bloqueó el cauce del río Copiapó por algunas horas, produciéndose una acumulación transitoria, para lue- go producirse un golpe de caudal de alta concentración que generó daños importantes en los poblados de Nantoco y Tierra Amarilla. El caudal obtenido para la quebrada Cerrillos se estimó en unos 77 m 3 /s más sedimentos, de modo que puede haber alcanzado unos 103 m 3 /s el caudal detrítico (MOP-DOH, 2016) . En la ciudad de Copiapó se desbordaron el río Copiapó y la quebrada de Paipote. El río Copiapó se desbordó en dos puntos: a la altura del aeródromo Chamonate, y entre el Parque Kaukari y el Mall Plaza Copiapó; mientras que la quebrada de Paipote se desbordó a la altura de su confluencia con el río Copiapó, inundando las avenidas Los Carrera y Copayapu, cuyo trazado es paralelo al río principal. Desde el punto de vista meteorológico, las tormentas que se generaron durante los días 24, 25, 26 y 27 de marzo, se conocen como “Baja Segregada” (o de Ciclón Segregado), y correspon- den a flujos de aire frío en altura provenientes de la Antártica que se mueven hacia los trópicos y puede alimentarse o no de corrientes que le otorguen humedad (CR2, 2015). En este caso, este flujo de aire se enriqueció con vientos tropicales provenientes del Ecuador, lo cual generó que las precipitaciones se intensificaran inusualmente y a la vez aumentara la temperatura. Según el CR2 (2015), en un evento normal, la isoterma 0°C está entre 1.000 y 2.000 metros de altura. En este caso, la cordillera nevada partió sobre los 3.500 metros, e incluso a los 5.000 m, por lo tanto, la precipitación no se acumuló en forma de nieve. Además, el suelo de la región, con escasa o nula vegetación y mucho material rocoso, po- see baja capacidad de infiltración, lo cual responde con una saturación acelerada y un escurri- miento de la precipitación casi inmediata. En zonas de alta pendiente se generaron fenómenos de remoción en masa, tales como aluviones, aludes, y flujos de barro y/o detritos. Si bien las precipitaciones no se concentraron en el valle, sino en la parte alta de la cuen- ca, los importantes volúmenes de flujo de caudal sólido y líquido, escurrieron a través del valle, arrastrando todo tipo de elementos como maquinarias, casas, árboles y personas. El episodio meteorológico unido a condiciones geológicas e hidrológicas desfavorables se conjugó para crear un desastre de origen natural, cuyo resultado a nivel país fue de: 31 personas fallecidas, 16 personas desaparecidas y 16.588 damnificadas (ONEMI, 2015). Según el reporte del Índice Global de Riesgo Climático 2017, presentado por Germanwatch en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP22), las intensas precipita- ciones ocurridas en marzo del año 2015 en la región de Atacama, explican la presencia de Chile
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