Aluviones y resiliencia en Atacama : construyendo saberes sobre riesgos y desastres

Aluviones y resiliencia de Atacama. Construyendo saberes sobre riesgos y desastres 138 viales y fluviales ante eventos hidro-meteorológicos (Castro et al ., 2009; Soto et al ., 2012; 2014). La geomorfología en la ciudad de Copiapó corresponde a un valle fluvial relleno con sedi- mentos del Pleistoceno y Holoceno (Arévalo, 2005) conformados por gravas y arenas. El valle está limitado por laderas esculpidas en rocas cristalinas y volcánicas con marcadas evidencias de la acción aluvial heredada, que en la cartografía están señaladas como quebradas torrenciales (ver Figura 2). Junto a las laderas muy disectadas por la acción del agua, se encuentran formas deposi- tacionales aluviales tales como los abanicos aluviales del Mioceno y los del Pleistoceno. Confor- man un paisaje aterrazado de baja pendiente, cuyo origen son los procesos erosionales de las laderas y la generación de flujos detríticos durante periodos climáticos de pluviosidad intensa, como inferidos para el Mioceno (y la presencia de las Gravas de Atacama) y los períodos pluviales del Pleistoceno. Estas son formas que no están en morfogénesis pero con actividad aluvial ac- tual, principalmente a través de numerosas y profundas quebradas torrenciales en las cabeceras de las laderas y en los ápices de los abanicos aluviales. Las quebradas torrenciales, producto de una incisión hídrica heredada, son formas activas que presentan abundante material en curso para ser removido por gravedad y por la acción del agua, desde las zonas altas de las laderas a las terrazas y abanicos aluviales. Las zonas apicales de éstos presentan abundantes quebradas torrenciales. El valle modelado por la acción fluvial constituye un depósito moderno de gravas incon- solidadas, conformando la denominada terraza T1 en contacto con los abanicos aluviales con- temporáneos, éstas además de aquéllos formados en el Mioceno. La disección frontal de los abanicos por la acción fluvial es una evidencia del potencial hidráulico del río Copiapó durante el Pleistoceno, modelándolos como abanicos aterrazados. El límite entre la terraza T1 y las terrazas del Holoceno es difícil de establecer debido a la acción antrópica de la ciudad, sin embargo en la Figura 2 se representó el escarpe de la terraza y el lecho activo del río (T°) correspondiente al lecho holocénico. Figura 2. Carta geo- morfológica del valle del río Copiapó y la ciudad de Copiapó.

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