El concepto de cultura

36 antagónicas pertenecientes al nivel de la lucha, de clases cerne las relacienes ne antagónicas pertenecientes al ambite de le demecr¿tice-pepular. Dice La- clau que una persona esnereta se identifica cen una clase y también se iden­ tifica c®n un pueble. La noción de nacienalisme, en este caso, ne tiene para Laclau ninguna cennetacién de clase, parque es usada en diferentes discursos ideológicas, La caracterización de discurse ideologie® en Laclau incluye tan­ te las practicas ideológicas cerne les aparates ideolígices. La cultura es parte del nivel democxxtice-pepular en la teería de Laclau, Para é l, las i - deelegías son transferradas por la lucha de clases y este en cenerate signi­ fica que existen centenides ideolígices ne clasistas les cuales han slde ar­ ticuladas a l diseurs® ideológico del bloque e clase déminante. Esto explica, per ejemplo, ®1 fonimene de la absorción per la burguesía e bloque dominant® del discurso alternativo e disidente de las clases deminadas, dende cambia de signe y pierde teda su fuerza. Declara Laclau que "1« que constituye el principie unlficader de un discurso ideologico es el sujete interpelado, y a - sí constituido a través da este diseurs®". De acuerde a este, el pele c®n- centrader magnético en la ideología le constituye la manera cene se apela, cerne se moviliza, come ss llama a los individuos que reciben la ideología y que se convierten en sujetes de ella al asimilarla. Esta noción de in­ terpelación (que ha sido usada en la semiótica y la lingüística per Jakobson, y que previene d® Buhler) @s central al sistema dissmde per Laclau, quien sin embargo no la discute ampliamente ni la fundamenta teóricamente cerne le que est una función del lenguaje, un rasgo inherente ne sole a l discurso ideo­ lógico sino que a tede discurso. El fonimene llamad# lucha ideológica empieza pues a temar un diferente cariz a partir de las prepesiciones de laclau. En la lucha ideológica le cultural interviene cerne factor decisivo en la histeria colectiva de les hombres. Hay una determinación de la lucha de clases, ciertamente, del an­ tagonisme en las relacienes de producción, hacia las relacienes no antagóni­ cas que se dan en la lucha demecrátice-pepular. El antagonismo entre el es­ tad« dominante y la domecrátlce-pepular es la arena, el «scenari# de la lu­ cha de clases. la cultura, 1® nacien&l, les problemas de las minerías ítn i- cas, sen parte d#l ámbito d®mecr£tice-p#pular. En la concepción de Laclau se percibe que le superestructural n® es derivado ni secundario y que la i - deelegía, per ejeaple, es también principie de explicación y ne sóle algo per explicar. Laclau combate a l ecenemieisme y al reduccienisme de clase, rechazando la determinación de clase de las ideelegías y la reducción de les elementos ideolígices a clases sociales. Según é l, ®1 carácter de clase de una ideología proviens más bien de su ferma y no de su contenido. Lea con­ tenidos d§ una ideología sen sus elementes y sus interpelaciones, mientras que la forma de una ideología está dada an verdad per su principie articu­ latorio e hegemónice. El carácter de clase está dad# per la ferma de la ar­ ticulación en terne a este principio. Ejemplificando históricamente estas afirmación«®, Laclau dice que en América Latina liberalismo (e l sistema par­ lamentari® burgués) y democracia han dejado de estar articulados, debido primeramente a la crisis hegemínica de la burguesía, y segunde, a la res­ puesta de les bloques dominantes (les regímenes autoritarios y militares), Laclau realiza un análisis del populisme que es pertinente a su com­ prensión de lea fenómenos demoerf.tico-populares. Deduce que el pepulisme «a le pepular-demecrátice dirigide centra la ideelegía dominante y que no se le apuede adjudicar mecánicamente un carácter de clase. El pepulisme que Laclau tiene en mente @s el de Varáis en Brasil y el de Perón en Argén-

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