El concepto de cultura
35 das a l l í en la arana pelítice-ideelégica-cultural para que un principia hegeménice^articulader venga y las captura. Este sectarisme que «s parta da la tradlcién marxista na permita entender que la cías« a bleque histérica verdaderamente hageménice es aquel que ha pedida articular sus prapias in teresas can las da «tras fuerzas sacíales a través da la lucha idaalágica. La verdadera hegemenía, par tanta, la irreversible, as expansiva y cen sista «n "un cánsense activa y directa, resultante de una genuina adapcién da las intereses de las clases papulares per parta de la clase hegaménica". Es aquí dende se revela el valar de las elementas nacienales y papulares, que pueden ser adscritas a diversas principies hegeménices articulatarias. Teda esta reflexién se basa en la afiraaclén de Gramsci según la cual "una clase es deminante en das sentidas, es decir, as deminante y dirigente. Di rige a las clases aliadas y demina a las clases apuestas". Luchar en la práctica centra el ecenemicisme, centra el reduccienisme de clase cen res pecte a la cultura y a la demacrada significa en cencrete participar crea tiva y críticamente en la guerra de pesiclenes, en un preces# censtante de articulacién y desartieulacién. Parque es necesaria descempener el sistema del adversaria de clase, examinarle detalladamente, asumir les elementes que ne paseen cennetacienes de clase, que expresan la nueva situacién histérica, rearticularles en terne a una nueva lnterpelacién, erganiaarles en terne a un principie hegaménica que cenvlerta al sujete de la apelacién ideelégica en un sujete celective transfermader de la histeria. El desarrelle de esta reflexién sabré la cultura ha requerida un camine a través del mrxisme, de la acclén pelítica, de la ciencia pelítica, y f i nalmente, de la filesefía pelítica. Les prebleaaa que la tradlcién marxista ha tenida can el cencepte de cultura se deben a la relacién que éste guarda can el cencepte de ideelegía tal cerne ha sida formulada per la tradicién marxista sevietica. Aunque Lenin da algunas pases prácticas y teérices de suma impertancia ne legra despejar per cemplete el herizente práctlc* y tee- rice. Pera 3in la intervencién de Lenin el aparte mism® de Gramsci habría sida impasible de fermularse. Las ideas de Gramsci recién expuestas han también resurgida en les últimas añas en numerases investigaderes da la tra dicién marxista. Una fermulacién netablemente premiseria-aunque can algunas liaitacienes- se encuentra en les escritas de Laclau, Mediante la discusién de la estructura ideelégica, se accede a la «tapa final de esta reflexién sabré la cultura, dende cultura, ideelegía, demacrada, se sitúan en un sis tema teérice que les eterga una máxima petencialidad práctica de realizacién, cerne fenémenes y cerne cenceptes. 8. Hacia una teería marxista de la culturas La centribucién de Laclau Algunas de las ideas que a le larga de este trabaje han ida emergiera# cerne alternativas d* selucién para el desarrelle de una teería de la cultu ra se eriginan en la reflexién de Laclau. En sus escritas hay una síntesis nreblsmática primera y luege una teerizacién sabre la ideelegía y la pe líti ca que enriquece enermemente las recienes de cultura, demacrada, ideelegía. Partiende de les escritas de Gramsci, de las investigacienes de Althusser, y de las apertacienes de la lingüística estructural, Laclau habla de la ne cesaria deble articulacién del discurse peli t ic ». Esta neeién (que pradeña le la lingüística de Jakebsen) es una preblemática que el marxism» ha des cuidada parque se ha dedicada exclusivamente al ambite de la lucha de cla ses. Se trata de articular en el discurse pelítice tanta las relacienes
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