El concepto de cultura

se explícita el sentid* ó* esta frase se ebaerva de que manera la cultura es­ ta ligada al destín* histérica de la humanidad cencreta. En Occidente, la sa­ ciedad c iv il ha resistid* a l principie ecenemice, y así ha cread* un numere de superestructuras que sen utilizadas cení* en un guerra de trincheras, que cubre teda el territeri® secial de la nación-estad*. Gramsci dice que Lenin entendí* la necesidad de este cambie, de la guerra de maniebras a la guerra d® pesicianss. La guerra de maniebras fue utilizada éxitesamente per Lenin en sctubr® de 1917» censistiend* en la insurrección vielenta, el ataque fren­ tal a l aparate del estade represlv®, Gramsci advierte que la gu*rr» de ma­ niebras, aquella basada en la fuerza, la violencia, la ceerciín, se va con- virtiende más y más en un elemente táctíce y al dejar de ser estratégica le deja la pesición de estrategia a la hegemenía, a la ídeelegía, a la persua­ sión, a la cultura. Esta idea de Gramsci entrenes perfectamente c*n l*s planteamientes de Engels en su testamente política de 1895» be que hay que agregar es que cuando gana la estrategia de la hegemenía, del cénsense, ga­ na definitivamente, en un preces« verdaderamente irreversible. Dice Gramsci i "en pelítica, la guerra de pesicienes es la cencepción de la hegemenía". E- sa hegemenía es la utilización carrecta de la ideelegía y la cultura, cerne te- rrenes dende les hambres adquieren cenciencia sebre su situaoién. En esta definición, la ideelegía ya. ne es mas la falsa cenciencia puramente. Le he­ gemenía, la cultura, la ideelegía, se censtruye en la seciedad c iv i l, cen una dirección intelectual, política y meral, que es parte de la estructura idee- lógica. Teda esta prebleraática sebre les medies a utilizar para avanzar es según Gramsci el tema central de la filesefía de la épeca. Al «nf*car les fenémenes artísticas y culturales de la superestructura, Gramsci dice que las ideas ne nacen de las ideas sine que de la praxis huma­ na, de la realidad secial. Añade, refiriéndese cencretamente a la cultura que "de aquí puede deducirse la impertancia del 'a*mente cultural* aún en las actividades prácticas (celectivas)j cada act* histérica está preducide inevitablemente per el'hembre celective*, es decir, presupene la ebtención de una unidad 'cultural-secial* per medie de la cual se fusienen en un sel# ebjetive una multiplicidad de veluntades dispares cen ebjetlves heteregenee*, s*bre la base de una única (idéntica) visién del munde", Finalmente, ne hay que descuidar el aperte autecrític# de Gramsci. El inicia una crítica a l ecenemicisme dentre del marxisme, que tendrá enermes repercusienes an el desarrelle p*sterier de la tradición marxista, y específi­ camente, en la teería de la ideelegía, de la cultura, de la demecraela, de le nacienal, de le papular, etc. Queda clare que Gramsci ne ve a la superes­ tructura cerne simple epifenómene de la eceneaía y denuncia al ecenemicisme cerne un infantilisme. Este ecenemicisme caracteriza, a la superestructura cerne reflejje de la causa primera que es la infraestructura} a l misma tiempe declara que la superestructura está determinada per las clases seda les le cual es una actitud reduccienista parque define a teda elemente ideelégice cerne peseyende un carácter de clase irreductible. El ecenemicisme está tam­ bién ligada a la teería de la revelución vielenta y es per tanta un determl- nisrae que llega a definir a la guerra de maniebras carne única alternativa, En una pesición así cenfigurada, la cultura es inmediatamente reducida sale a les valeres preletaries, cen 1* cual s* rechaza en cenjunte tede *1 discur- s* ideológica de la burguesía * del bleque histérica deminante (tanta en sus aapectes prácticas cerne teóricas), y se rechaza también tedas aquellas ele­ mentes sin una cennetacien de clase per* que sin embarga per la cerrazón en tmrne a l principie proletaria quedan regalades a l adversaria de clase * deja,-

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