El concepto de cultura

26 g«ls está constituida fundamentalmonto par des autocríticas, Da acuerdo a la primera, Marx y Engels mismas enfatizaron demasiada la presencia del factor economice en la histeria humana, el cual ne debe entenderse cerne el único determinante. Según Engels, *1 elemento determinante final en la historia humana es la producción y reproducción de la vid* humana. La se­ gunda autocrítica se refiere al hecha de haber entendióle la situación eu- repea cerne madura para la revelución y el secialisme, La primera debili­ dad significó que el estudie marxista d* les elementes superestructurales fue dejad* de lado,* en consecuencia, el facter económice, reafirmad# per el positivismo y *1 darwinism* sscial, se cenvlrtió en el cencepte frente a l cual tedes les etres estaban suberdinades. De a l l í la carencia de una teería de la política e del estad®, dentre del marxisme de les fundadores, La segunda debilidad, implicada en la idea de que la catástrofe final del capitalismo europeo se aproximaba, ne permitía tampoco la construcción de una teería política pira analizar primer® la realidad social, para luego transformarla mediante un proyecte estratégico debidamente afianzado. Esta primera autocrítica del marxisme, que ha sido con justicia desta­ cada en un estudie de Celiatti, aparece en lo que se ha dade en llamar el testamente politice de Engelsi la intreducción para la quinta reimpresión de " I * lucha de clases en Eraneia", de marze de 1895* Cerne cexelarie, Ce- l l e t t i demuestra cerne la idea de la revolución que Marx y Engels tenían era remántica, perqué era hecha per una minería consciente en nombre de las masas, mediante un ataque sorpresa. Engels piensa que la situación ha cambiado completamente^ reconoce que la tarea inmediata del partido es ahora la actividad parlamentaria y la propaganda, es decir, mecanismos para »btener la hegemonía mediante el consenso. El sufragio universal es visto come una de las armas más agudas, donde se transforma le que fue fraude burgués en un instrumenta de emancipación. En realidad, la práctica del sistema capitalista y las respuestas eco­ nómicas del capitalismo occidental a la depresión económica de 1873 a 1895, provocaren una crisis dentre dal marxismo. El pensamiento de Marx fue i - dcntificad® con e l de Engels; Engels, sin embargo, como dlco Collat t i , transpuso los rasgos del ostade moderno ropresontativo burguós a l ostado en goneral. ^ Poro hay otro rasgo de la concepción do la revolución prosonto on Engels que de algún mede entra en contradicción con etres es­ critos de Engels. Se trata del planteamiento presente en el"Anti-Duhring” , que Lenin desglosa minuciosamente en la sección IV del capítulo I de "El estado y la revelución"i la revolución cerne revolución violenta. Esta concepción había estada ya presento ®n las líneas finales del "Manifieste Comunista" de 18á8, cedo a cede con la idea d* la defensa de la verdadera democracia, de la democracia ne clasista. Desde «1 ©rigen mismo de la tra­ dición teótica marxiste., *1 marxismo cerne proyecte revolucionario ha estad« semetide a esta dicotomíai el camine de la coerción violenta e el camine de la persuasión hegeménica. El destine politice do la tradición marxiste está marcad# per esta contradicción. La inclinación primera per la teoría de la revelución vio­ lenta ne permitió que un conjunte de problemas políticos o idoológicos, talos come la democracia, la cultura, 1® nacional, lo popular, ote., pu­ dieran desarrollarse en la teoría y on la práctica de la tradición marxista. Todas estas nociones pertenecen estructuralmente y deben ser enfocadas per la teería política marxiste, en elaboración hoy día, si so trata do enteme3? este nuevo modo do dominación do clase propio do Occidonte que se basa en relaciones económicas mediatizadas por una igualdad do dorochos políticos.

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