El concepto de cultura
23 tanto «1 trata jo oxpresa la libertad del hombre, ya que na solo se crea mediante el trabajo objetos \itiles sino que tambión 3® objetiva fines, i - deas, sentimientos en el objeto artístico que «s un objeto material a la vez. Estos dos tipas de utilidades, una. material, y una espiritual, corres ponden a los dos tipos de necesidades humanas, dondo arte y trabajo se en troncan con la esencia humana, la actividad creadora. Conviono destacar qua cada vez que los fenómenos culturales, artísticos, son situados en la perspectiva de la tradición marxista, entran a tomar parto otros conceptos en proceso do elaboración teórica que son constitu yentes de esta tradición. Concretamente, las dicotomías infraostructura/ superestructura, tooría/práctica, clase dominante/clase dominada, de algún modo marcan el arta dondo el concepto de cultura podría, raergor (• donde en verdad emerjo). Tkmbién dentro de la tradición marxista contemporánea se desarrolla una. evaluación autocrítica, y do ella surj» un intento de reva lorizar la especificidad de la superestructura (tanto le jurídice-político coa© 1© ideológico), confiriéndole autonomía y más importancia a su fun ción. De la misma manera podría hablarso do una ampliación y profundlza- ción de la^noción do práctica (porque incorpora a la práctica teórica), y su expansión, como praxis, hasta llegar a ser un concepto esencial para la tradición marxista. El intento de censtruir una teoría marxista del estado y una de la ideología, con los correspondientes enriquecimientos para el concepto de lucha d« clases, y el desarrollo de la economía política misma, han dejado^claro que depende de cada cencepclón marxista la articulación y dofinicien de todas estas instancias mencionadas, y es por ello aún mis indispensable revisar una y otra voz cada concepción particular, para eva luar críticamente su aporte teórico y creativo. Muchos autores so han roferido a esta problemática que dentro de la tradición teórica marxista podría llamarse la economía do la cultura. Unr. necitn que es fundamental en el razonamiento de Sánchez Vásquez es la de necesidad. Lo primero es la constatación de que siempre tedas las culturas han dedicad# su humanidad a la producción material y a l arte al mismo tiem po. N® hay sociedades sin cultura, porque la cultura es come la concien cia de esa sociedad. Conviene retornar en este punte a algunas ideas de Lotman, quien ha distinguido un primer proceso comunicativo, aquel donde el cuerpo humane no puedo acumular, porqua so requiere la inmediata satis facción de la necesidad» este es el caso del aire para respirar y el sueña para reponerse. El segundo proceso so caracteriza porque satisface las ne cesidades mediante la acumulación d* sustancias en el cuorpo. Algunas de ellas son utilizadas inmediatamente, mientras que el resto es almacenado, puesto en reserva, Lotman llama a esto una progresiva acumulación de in formación, para luego enunciar que la acumulación precedo al intercambie (aunque parecería más obvio decir quo el intercambio conduce a la acumula ción), de la misma manera que la información procede a la comunicación. En este punto Lotman presenta una cita de "El capital" de Marx, según el cual habría siempre un deble use dol objeto» para su propósito inherente, o para cualquier otro propósito u objetive. Cuando Lotman concluye que loa dos procosos en ol hombro son uno, como consumidor de valores materiales reales, y dos, como acumulador do información, «stá diciendo que la batalla del hombro come especie por sobrevivir se da tanto en »1 frente social como en el frente biológico, porque es una lucha por la información, dentro da la cual tienen cabida todos los textos y conductas culturales. Lotman se aproxima al tema desde una perspectiva que conjuga una conceptuación mixta
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