El concepto de cultura

22 La reducción qu® §n esta concepción se preceda a re a liza r ds la n©- clSn ds cultura y p*sr tanta ds les fenómenos culturales qu® abarca, m se basa tanto «n su ¿©limitación come puramente inte lectual o an la ap lica ­ ción m s bien aeeánioa de la teoría de la re lficac ión de Marx, SI csn- capte que está a l centr© da la elabsraetón de Luí®es y Goldmann os e l de conciencia ds cías®. Esta conciencia, que es siempre positivamente va le - rada, es tanto la conciencia de la lucha de clases, come la conciencia de la misión h istórica del nroletariade. Cuando se in ic ia la sociedad comunis­ ta , ©sta conciencia queda abierta a la esencial, ya qu* «s considerada por Lukacs come e l memento climático del precose creador. Frente a la concien­ cia yaca la falsa conciencia, reducida per la ciencia y la tecnolegía en e l c a p i t a l s a r r o l l a d e , incapas d© perc ib ir las vardadaras relaciones so­ c ia les , y anulada per 1©. seudecultura. de les nadies do comunicación de ma­ sas , Lukacs llega a idon tifica r conciencia da clase con idsolcgía y esto 1© lleva a diseñar la oposición entre e l pensamiento elaborad© durante «1 período cap ita lis ta , y s i orden «csnlaic© ds este sistema. Lo central as que aquí da algún modo Lukacs empieza s. teorizar la superestructura, come un r s íle ja do las ralaciens s d© producción, y sn ese sentido su c r ít ic a d®i de« terainismo ecenomicista, as dec ir, su intento de darle más importancia a la función de la superestructura en la h istoria , no legra desprenderse per com­ p leto del roduccionismo da cías®, ®s decir, de c la s ific a r a las ideologías como perteneciendo en bloque a una sola c lase . Aunque Lukacs defiende la participación de la superestructura en la determinación d « l proceso h isté­ r ico , sin embargo termina siempre definiendo astas conciencias como perte­ neciendo a una clase determinada, lo cual frsna su trayectoria y proyecte teóricos , Después de examinar sumariamente las posiciones de la escuela da Buda­ pest, generalmente ca lificadas de hageliañas, es indispensable rev isa r o- tras formulaciones sobre la cultura que se sitúan dentro de la tradición marxista, Una segunda concepción de los fenómenos culturales en la cual se es­ tablecen algunas relaciones clave entro la cultura y la actividad económi­ ca se basa también en la obra de Marx, pero no tanto en las obras da c r í ­ tica da la economía p o lít ic a sino que mas bien en las obras de tino ideo- ló g ic o - filo s ó fic o (1840-1350), en particular en los "Manuscritos económico- filo s ó fic o s da 1844"* De acuerdo a esta visión , e l a r te , la cultura, son una forma peculiar del trabajo creador, con lo cual se supera la dicotomía entre trabajo alienado, ¿eshumanisado, y a r te , donde lo mejor do le humano s© revela* 31 fenómeno cultural as as í v is to como una praxis estática consistente en un modo específico de relación del hombre con Is realidad, Según esta formulación, e l hombro es un sar, de acuario a los postulados de la tradición marxiste. pleno de necesidades, materiales y ssp íritua lss, y la práctica del trabajo creador as una respuesta que humaniza la na­ turaleza. y establees un determinado tipo ds relaciones soc ia les. Esta, posición puede ssr ejemplificada con la obra de Sánchez Yasquez, "Las ideas estéticas do Marx", publicada en 1965 . 9 Según este pensador, la praxis a r t ís t ic a y cultural se ha ido forjando h istórica y socialmente sn ©1 proceso do transformación de la naturaleza y de creación d© un mundo de objetos humanos. El arte, la cultura, ss a la vez una actividad p rác ti­ ca, y un medio a© afirmación y objetivación del hombre, qu® sur je para sa tis ­ facer una necesidad específicamente humana, y por tanto, la creación y ©1 goce a r t ís t ic o caen dentro del reino de las necesidades del hombre. Así, ©1 hombre, por ser un ser necesitado, es creador a l mismo tiempo, y por

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