El concepto de cultura

20 pia ios itfersntss Aportas» Para ilustrar algunas d* estas p0sici«n*s sa «xanicarín aquí brevemente ilgunos de ios textos qu* sa pxaocuj^n da a l­ gún .nado da la noción da cultura an la tradición qu* aqui se ha d*'-?xin*dA marxista. SI *1amanto común qu* los unifica es al in tento de conectar lu.a realidades materiales con la cultura .sisma, ts dec_r, la conexión entre las actividades económicas da una sociedad y las actividades super* struc turai as, po lítico-ideo lóg icas . Esto hilo conductor, que establece las relaciones •ntr* la producción y la esfera cultural, no ha sido azarosamente elegida. Justamente as 3R esta ír©a dond© se revelan algunas de las contradicciones internas dal marxismo y da su dssarrolle historie®, sus vicisitudes. Ib* tradición del marxismo occidental que se identifica con Gramsci, sérala a l economicismo como una d© las .hallas ideológico-eplstamológicas dal marxismo no autocrítico, fiara evaluar »1 aporte de cada una da estas con­ tribuciones a la teoría marxista as necesario pues e l detallado examen d* cada uno de les factores que toman parte en la definición de cultura y su relación con *1 contexto económico y material. Aquí es necesario notar que en cada sociedad lo esencial es la producción y reproducción de lo hu­ mano, pero la situación se vuelve más problemática cuando este fenómeno es •laborado en concepto y ce convierta *n c r ite r io de una determinada actitud teórica , metodológica y epistemológica. En general, la tradición marxista podría ser desde un punto de vista definida co/no la aceptación del postula­ do siguiente» la producción económica determina todas las otras instancias de la sociedad, Lo central es señalar qu* *n lugar de producción económica podría incluirsa otro número de expresiones, tales como producción material, estructura economica, proceso economico, nivel material, practica producti­ va, factor económico, procaso de la vida real, trabajo, fuerzas productiva~ medios de producción, etc. K© siendo esta una cuastión resuelta dentro de la tradición marxista, rasulta mucha más d i f í c i l avaluar cual as la correc­ ta relación entra cultura, concebida de tan d istin tas manaras y la a c t iv i ­ dad productiva económica, la cual también pueda ser entendida de diferentes modos. Diversos autores que se han preocupado da algunos da los fenómenos su­ perestructura! es enfocándolos desde diferentes perspectivas d isc ip lina r iac evidenciaran como la teoría marxista intenta desarrollar una teoría de la cultura, ya sea aplicando esquemas provenientes d* la conceptuacion elabo­ rada por los fundadores, o intentando continuarlos, en una v«na más c rea ti­ va» En un primer caso- s> una -or,espolón da aa Cultura precisa y reducida, corresponde una focallzación de la cultura cap ita lista en su c r is is , y en la otapa que comenzaría una nueva cultura, Ssta ss, por «¿empio, la. posi­ ción d» Lufcacs en ^La nueva y la v i* ja cultura", artícu lo d* 1020. Estos planteamientos, qus puadsn sor definidos como los in ic ia les de la escuela de Budapest, ya qua Gsldmann y otros los reiterarán años más tarda, parte'1 astabl*ci«ndo qua .cada cultura 1» fu« da una cías* dominante, pero an mi caso d* la cultura cap ita lista , ésta ya s* ha destruido antas da qu« ocu­ rran las c r is is p o lít ica / económica d e fin it iva s . ? Desde al punto d* vista diacrònica, Lulacs rabia de ura primor», »lapa prehistórica caracterizada por la lucha del hombre contra la naturai»?»f luego de una segunda etapa prehistórica, qua correspondería al período da la c iv iliza c ión (esc lav ista , feudal, y (cap ita lista); y luego ura tercera etapa, la primera verdaderamente h istórica, momento de realización te la humano. Importa natar en el a rá lis is da Lulaes , primer®, que habí« da la

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