El debate internacional sobre políticas culturales y democracia

36 la planificación cultural tiene límites y riesgos que lo culturalmente significativo no siempre de­ pende de políticas externas sino también de una serie compleja de factores, a menudo casuísticos e inmanejables» Se advierte frente al peligro de una tecnocracia cultural y de una prosa adminis - trativa que desvitaliza la cultura. Después de participar en la Conferencia de UNESCO de Helsin­ ki, IONESCO escribió lo siguiente: "Siento rabia al escuchar a los delegados y sus delegaciones con sus cuellos duros y sus corbatas discutir acerca de puntos y comas, llenos de fa - tuidad y de mediocridad inconsciente, sumergidos en el papel, fuera de toda verdad y de todo amor, queriendo administrar lo que no comprenden, el drama de la existencia, la tragedia humana, el problema de los fines últimos. Todo esto, angus tia, fe, desesperanza, ellos lo disecan, lo encie rran en cofres, en cajas de cultura: falsas ri­ quezas, falsas soluciones y sobre todo obstáculos a la verdad y la vida". Se afirma que es necesario preservar espacios pa ra el azar y lo gratuito, para aquello que esca­ pa al utilitarismo, a la idea de participación o a determinada función social. La fantasía irre_s tricta, lo irracional y la experimentación cons­ tituyen -se dice- necesidades del espíritu que las políticas culturales suelen con frecuen­ cia ignorar. Más allá de estas repercusiones críticas -algunas de las cuales son dadas a conocer en publicaciones o en­ cuentros patrocinados por la propia UNESCO- cabe de£ tacar la significación que ha tenido esta primera eta­ pa del debate. Los indicadores al respecto son varios

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