El debate internacional sobre políticas culturales y democracia

18 tural fue el que alimentó lo que:Claude Fab’rizio llama la primera generación de polóticas culturales» Sin em bargo, desde fines de la década del 60 -y en toda la dinámica generada por UNESCO- se vienen impugnando algunos aspectos de este paradigma: se señala que tras él subyace la idea de un capí - tal cultural ónico,: con una lógica que conlleva a la homogeneidad y al uniculturalismo. que tiene.connotaciones didácticas y paternalistas» que privilegia el polo de la oferta por encima de la demanda i.o de las necesidades culturales» que exacerba el'rol del poder central en la elabo­ ración y gestión de los asuntos culturales. que tiende a concebir la vida cultural como consu­ mo o recepción pasiva, más que como participación y proceso activo» En algunos países de Europa en que las condiciones eco nómicas permitieron llevar a cabo^un amplio plan.de ex tensión y redistribución cultural, en el momento de — evaluar esta política se constató Un significativo ni­ vel de fracaso. No^por problemas ecqnómicos o de in - fraestructura, sino porque en diversos sectores de la población sencillamente no había interés por la cultu­ ra cultivada o de elite social (7). En el fracaso del (7) 0 o e u o a a a C o n t . a f l « o 4 o n e a a

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