El debate internacional sobre políticas culturales y democracia
7 son sí posiciones emergentes que tienen duran'te la dé cada del 60 gran circulación social', sobre ' todo en sectores intelectuales. Son,además, postura?- que van a-contribuir en las ciencias sociales a la crisis del paradigma desarrolli'sta y a un auge de las tedrías de la■dependencia, del imperialismo y dé la manipulación cultural. En los países industrializados -Estados Unidos y aJL gunas naciones de Europa Occidental- el desarrollo va vaciando los campos, creando ghetto? urbanos (que se nutren de migraciones de sus ex-colonias) vy cica trices que fermentan las luchas contraculturales de los’jóvenes y de las minorías étnicas. Los acontecimientos de mayo de 1968 en Francia, por ejemplo, expresan un malestar frente a la cultura "burguesa”, y un rechazo a la ideología del progreso entendida como mero progreso tecnológico. Todos estos factores, sumados a la pérdida de confiari za en el parámetro desarrol1ista y en sus metas exclu sivamente económicas, contribuyen a poner en el tape te el tema de los desniveles culturales y de la dimeri sión cultural del desarrollo. Exigen además,.una vi sión más-compleja de los fenómenos de la cultura y-la necesidad de políticas públicas en este dominio. En este contexto, UNESCO, como fofo multilateral en que tienen' presencia los 5 continentes, convoca a una se—' rie de conferencias intergubernamentales sobre polity cas culturales y comunicativas, en el marco de una — concepción amplia y de sesgo antropológico de la cul tura. Hay que mencionar al mismo tiempo algunos factores propiamente institucionales que explican el rol cen - tral cumplido por UNESCO en la promoción e irradia — ción de’este debate. Cabe recordar, en efecto, que la
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