Memoria Institucional del Senado Universitario 2006 - 2018 - Universidad de Chile
Memoria Institucional del Senado Universitario de la Universidad de Chile 2006-2018 11 la pena reiterar aquí las limitaciones del modo en que nuestro país amplió la enseñanza en el nivel terciario. Si las últimas décadas se han caracterizado en el mundo por una amplia extensión de la matrícula universitaria, el sello chileno, particularmente a partir del 2006, consistió en la masificación de la universidad a partir de una gran expansión de la matrícula en universidades privadas con el apoyo de ingentes recursos del Estado, mientras la formación en universidades estatales iba reduciendo su peso relativo. Más de diez años después de la instalación del Crédito con Aval del Estado, parece existir una opinión mayoritaria en el sentido de que se trató de un proceso que propició la formación de baja calidad en instituciones puramente docentes con impor- tantes niveles de deserción; que endeudó fuertemente a familias, muchas de ellas muy modestas, y que incentivó la confusión entre los intereses públicos y privados, particularmente económicos, lo que devino en situaciones de corrupción y transgresión de la ley. Los incentivos tuvieron por efecto una masificación desordenada que no respondía a los intereses del país, pero que implicaba un gran mercado educacional y suponía un fuerte gasto público. El profesor Juan Carlos Letelier, integrante de este Senado Universitario, obser- vaba que en 2013 había en Chile 8.682 estudiantes de medicina veterinaria, mientras que en Estados Unidos, con una población 18 veces más grande y un volumen de ganado 30 veces mayor, la cifra era de 11.474 estudiantes 7 . Pienso que hoy, cerca del final de la segunda década del siglo XXI, podemos aquilatar mejor el alcance de las palabras que, en el 2008, decía uno de los más importantes ideólogos sobre educación superior de las últimas décadas: Quienes el año “67 decíamos --equivocándonos en el tiempo, pero no en el fondo- “universidad para todos”, hoy día debiéramos sentirnos satisfechos, porque hacia allá nos movemos y nos movemos con celeridad. Ahora empezamos a tener educación superior para todos y ya nadie lo rechaza. Esto ha sido posible en virtud del sistema que tenemos, con su peculiar economía política 8 . Como ha manifestado el Rector Vivaldi, la institucionalización de la red de universidades estatales constituye un primer paso para el reencuentro del Estado con sus universidades. Se trata de una medida necesaria, aunque de ningún modo suficiente, para recrear un sistema público que, junto con ga- rantizar el derecho a la educación y la libertad de investigación y creación, revierta la situación de relativo abandono que ha aquejado por décadas a las universidades del Estado. Lamentablemente, el apoyo económico que debie- ra ir asociado a este compromiso no ha sido el suficiente. Tampoco ha tenido eco en el poder político la petición de sustituir la actual lógica de financia- miento de la demanda por otra centrada en fondos basales, propuesta que descansa en la idea de que, como expresara el profesor Carlos Ruiz Schneider, "el financiamiento vía fondos basales a instituciones públicas es el que permi- 7 Letelier, Juan Carlos, “La segunda década del Senado Universitario de la Universidad de Chile: una en- volvente de proyección”, Anales de la Universidad de Chile, n° 11, séptima serie, 2016, págs. 189-2017. 8 Brunner, José Joaquín, “Exposición de Sr. José Joaquín Brunner, profesor-investigador del Instituto de Investigación en Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales”, Sofofa, jueves 17 de enero de 2008. En http://www.sofofa.cl/BIBLIOTECA_Archivos/Eventos/2008/01/17_jjbrunner.pdf
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=