Memoria Institucional del Senado Universitario 2006 - 2018 - Universidad de Chile

Memoria Institucional del Senado Universitario de la Universidad de Chile 2006-2018 10 cuando hablamos de la propiedad de cierto predio. Por eso es equívoco decir que el Estado es dueño de sus universidades. Las universidades públicas forman parte del Estado de un modo más bien análogo al de instituciones como el Poder Judicial o la Contraloría General de la República: son parte de él y desempeñan funciones públicas que la sociedad les ha asignado. Funciones, en este caso, relacionadas no solo con la formación profesional, con lo importante que esta pueda ser, sino con el desarrollo espiritual y material del país, que incluye la conservación de su patrimonio material e inmaterial y el libre flujo y contraste de las ideas. Justamente porque las universidades deben constituirse como un espacio público en que impere la libertad, estas deben ser autónomas de todo poder externo y mantener internamente un sistema y una ética que garanticen esa libertad. Esta última idea, formulada en un estilo distinto al actual, está ya presente en un conocido pasaje del discurso de instalación de Andrés Bello: La libertad, como contrapuesta, por una parte, a la docilidad servil que lo recibe todo sin examen, y por otra a la desarreglada licencia que se rebela contra la autoridad de la razón y contra los más nobles y puros instintos del corazón humano, será sin duda el tema de la Universidad en todas sus diferentes secciones 5 . Es precisamente para garantizar esta libertad académica que el Senado Univer- sitario propuso también que existiera una carrera académica nacional, esto es, un sistema jerárquico en que los miembros de los claustros universitarios fuesen ascendiendo desde niveles inferiores, como el de instructor, a superiores hasta alcanzar la jerarquía de titular, de acuerdo con méritos académicos evaluados por comisiones independientes del gobierno universitario. La existencia de un claustro jerarquizado de acuerdo con criterios centrados en el trabajo académi- co y el mérito intelectual es la contraparte de la libertad de cátedra universi- taria. En la medida en que la libertad académica fundada en claustros idóneos debe ser un rasgo distintivo no solo de las universidades estatales, sino de toda universidad, el Senado Universitario planteó que dicha carrera debía aplicarse también a las instituciones privadas. No tuvimos éxito. Uno de los aspectos más significativos de la reforma es la creación de una red de universidades del Estado que, esperamos, conlleve el fortalecimiento tanto de la investigación como de la enseñanza superior estatal en nuestro país, que hoy cubre solo al 15% de la matrícula, en contraste con el 73% de las instituciones privadas independientes 6 . Aunque mucho se insistió en este punto durante la discusión de las leyes, y aun antes cuando el mundo de la educación (que es casi como decir la sociedad toda) se movilizaba mayorita- riamente por una transformación del sistema heredado de la dictadura, vale 5 Bello, Andrés, “Discurso pronunciado en la instalación de la Universidad de Chile el día 17 de septiembre de 1843”, Todas las verdades se tocan, ed., prólogo y notas de Iván Jaksic, Valparaíso, Universidad de Valparaíso editorial, 2015, pág. 40. 6 OCDE, Education at a Glance 2017: OECD Indicators, París, OECD Publishing, 2017. También, Contraloría General de la República, Financiamiento fiscal a la educación superior 2016, pág. 8. Según este último documento, las universidades del Estado tenían el 2016, 191.847 matriculados, correspondientes al 15,4% de la matrícula total en la educación superior. Las universidades privadas no pertenecientes al Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCh) alcanzaban al 30,1%, y las privadas del CRUCh, al 12,3%. El resto se repartía entre institutos profesionales y centros de formación técnica.

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