Memoria Institucional del Senado Universitario 2006 - 2018 - Universidad de Chile

Memoria Institucional del Senado Universitario de la Universidad de Chile 2006-2018 115 e incertidumbre respecto a la labor que debía realizar este cuerpo colegiado. Además, la gran mayoría no se conocía entre sí. Connotados académicos de distintas disciplinas del saber, joviales e impetuosos estudiantes y experimenta- dos funcionarios se reunían por primera vez para constituir una sinergia, dando forma no solo a este novel órgano superior que incorporaba el Estatuto, sino a discusiones con intercambios de puntos de vista sobre una misma problemática, a lograr acuerdos consensuados y otros unánimes, a generar lazos de amistad que se mantienen hasta hoy, a aprender que es muy distinta la Universidad vista desde cada unidad universitaria que desde la mirada integral. En tal sentido, mi conclusión es que quien quiera conocer la Universidad más profundamente, ven- ga al Senado, intégrese a este cuerpo colegiado, siga las discusiones por página web, escuche el programa radial del Senado “Educación en el Aire”, lea las actas que están en el sitio del Senado, en fin, porque comprobará la importancia de la institución y este cuerpo colegiado. Anecdótico fue saludar al Senador José Miguel Piquer, que me hizo confundir con su estilo peculiar. Le dije, “bienvenido, ¿qué estudias?”, pensando que era estudiante, y me respondió amistosamente, “soy el profesor Piquer”. Saludar a los profesores Miguel Orellana B., el primer Senador Secretario; a Rodrigo Baño, que anunció desde un principio que no era candidato a nada y que venía a ob- servar, lo que se contradijo con su posterior reelección por un segundo período y luego ser elegido como Vicepresidente; a Hiram Vivanco, con su riqueza de lenguaje que además hace gala con su lúdica simpatía; a Gloria Riquelme, seria y aplicada; a Tito Ureta, bioquímico, gran investigador; a Cecilia Albala B., una destacadísima doctora reconocida internacionalmente por sus aportes en el ám- bito de la nutrición; Paulino Varas A., eximio profesor de la Facultad de Derecho; María Isabel Flisfisch, gran académica de la Facultad de Filosofía y Humanida- des; Pedro Catán, que asistía intermitentemente a plenaria y sobre quien, en el momento que fue elegido como Vicepresidente, me surgieron dudas respecto a su gestión, pero tuve que tragarme mi aprehensión porque no solo fue muy destacada su gestión, sino que fue reelegido como Vicepresidente debido a que posicionó al Senado a nivel de órgano superior con sapiencia, autoridad y serie- dad; el estudiante Andrés Hojman, tan preparado que los senadores le llamaban “el profesor Hojman”. En fin, tantas voluntades e inteligencias que puedo decir que la comunidad universitaria no pudo elegir a mejores representantes para dar inicio al Senado Universitario el año 2006. Segunda legislatura (2010 – 2014) La segunda legislatura se encontró con un Senado en marcha y fue muy adecuado para la continuidad del trabajo del Senado que 10 senadores fueran reelectos, cues- tión que en el tercer período no ocurrió, pues solo se reeligieron tres, lo que dificul- tó el trabajo. Al respecto, mucho se ha conversado sobre la dificultad que produce la renovación completa de los senadores cada 4 años y que esto debería ser una de las modificaciones evidentes del Estatuto de la Universidad. Debo destacar el gran trabajo realizado por la Senadora Gloria Riquelme como presidenta de la Comisión de Estamentos y Participación en el proceso de revisión y propuesta de modificacio- nes al Reglamento de Carrera Académica. El dossier de ese trabajo quedó para la siguiente legislatura, siendo esto el mejor ejemplo de la institución Senado, inde-

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