Coloquio democracia y participación universitaria
Coloquio Democracia y Participación Universitaria [ 76 ] calidad. Son dos objetivos distintos, en tensión, que muchas veces requieren de criterios y modos de aproximación distintos. Respecto del aseguramiento externo de la calidad, la ley 20.129 y la institu- cionalidad creada, a poco está presentando evidentes problemas. Se observa un agotamiento de los procedimientos, criterios y prácticas de evaluación, los que prácticamente no han sido modificados y que en lo fundamental están mucho más enfocados a la promoción y mejoramiento de la calidad que a su control. Los impactos del aseguramiento externo de la calidad no son homogéneos. Este es un punto clave. La aplicación de procedimientos relativamente es- tandarizados en instituciones de niveles muy disímiles (digo de niveles muy disímiles y no de misión u objetivos genuinamente diversos) ha obtenido res- puestas variadas, desde aquellas instituciones que se someten honestamen- te a una evaluación con fines de mejoramiento, hasta aquellas que más bien enfrentan la evaluación de modo reactivo y burocrático, interesadas más bien en el cumplimiento mínimo y la obtención de la certificación. Existen también dudas acerca del rigor y la función de control de la calidad que han logrado los procesos desarrollados, toda vez que, por lo menos hasta el año pasado, se acreditó a prácticamente todas a las instituciones que se sometieron al sistema, en circunstancias de que sin embargo algunas de ellas presentaban evidentes problemas de calidad. En este sentido, los juicios de acreditación no siempre se compadecen con otras informaciones, señales y evaluaciones que existen respecto de nuestras instituciones y programas de educación superior. Tampoco ha sido siempre óptima la claridad, pertinencia y calidad técnica de los pronunciamientos, documentación e información pública relativa a la acreditación. Da la im- presión que los mecanismos de aseguramiento de la calidad conversan poco con otros instrumentos y políticas en educación superior, dificultando una aproximación de sistema propiamente tal. Si bien se sigue avanzando en Chile en cuanto a la cobertura de los procesos de evaluación y acreditación, no ha ocurrido lo mismo con otras políticas y mecanismos indispensables para controlar la calidad: los sistemas de infor- mación pública, los mecanismos de rendición de cuentas, el control y licen- ciamiento de programas nuevos y la habilitación y certificación profesional. Al aseguramiento externo de la calidad, le ha recaído un gran peso, puesto que opera en un contexto de calidades disímiles, aunque no necesariamente diverso. Frente a la falta de otros mecanismos efectivos de control y regula- ción, es evidente que crezcan las presiones sobre el aseguramiento externo de la calidad y por resultados que se puedan observar no sólo en la dimensión de la promoción de la calidad, sino que también en la del control de la misma, donde parece tener marcadas dificultades. Aunque existen sectores que se resisten al control de la calidad, la iniciativa de instalar una superintendencia de educación superior es ciertamente una buena noticia, puesto que concentra algunas funciones básicas del control en una organización especializada. Creo, sin embargo, que el control es mucho más que la fiscalización del uso de los recursos, la transparencia y control de la publicidad, es también el cumplimiento de ciertos estándares mínimos de calidad, así como los establecidos en Chile por el licenciamiento, sin los cua- les el mejoramiento continuo de la calidad es muy difícil.
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