Coloquio democracia y participación universitaria
Coloquio Democracia y Participación Universitaria [ 26 ] diana- y de la globalización hegemónica del mercado, en la cual mercado y estado-nación logran una síntesis evidenciada, por ejemplo, en las políticas públicas. Lo posneoliberal responde a una rigurosidad analítica, no es sólo semántica. Nos obliga a pensar críticamente cómo será la instalación definitiva del mo- delo globalizador del mercado y cómo podemos explicar esta fase interme- dia, en la cual el mercado integra al estado-nación, pero muy probablemente terminará por superarlo o relegarlo. Surge también este concepto como una manera de evitar ceder a la tentación de la ciencia ficción, propia de cierta teoría abstracta. Ahora bien, hay dos evidencias que podríamos incorporar a las explicaciones: La desnacionalización del estado, de manera que: “mientras que el estado nacional retiene una gran parte de la soberanía na- cional formal arraigada en el continuo reconocimiento mutuo entre estados nacionales, y se mantiene como un lugar importante para las luchas políticas, sus capacidades reales para proyectar su poder dentro de los límites (y mucho menos más allá de ellos) en nombre de la acumulación, han sido decidida- mente debilitadas por el movimiento hacia los sistemas de producción más internacionalizados y flexibles” (Jessop, 2006: 20) La desestatización de la política, la cual podemo ver en las políticas públicas y, en general, la privatización de lo público: “Esta tendencia general está vinculada al giro desde la coordinación impe- rativa impuesta desde arriba por el estado soberano hacia un énfasis o inter- dependencia y a la división del conocimiento en la negociación reflexiva y el aprendizaje común. Está reflejada de varias formas en el despliegue conscien- te del principio de subsidiaridad” (Jessop, 2006: 24) Por otra parte, encontramos más evidencias: La relación empresa y políticas públicas, a través de diversos programas, como el caso del Programa Orígenes. La empresarización de los sujetos, en cuyo caso el sistema educativo se trans- forma en un vehículo de fortalecimiento de la máxima actual: ¡debemos transformarnos en empresarios de nosotros mismos! (Vázquez, 2005), dis- curso que se consolida con las ideologías de la innovación y del emprendi- miento, ya instaladas casi dogmáticamente en todo el sistema educativo, de forma que: “El estado ya no gobierna directamente los procesos económicos, biológicos o culturales; se dedica a preservar el funcionamiento autónomo de los mer- cados ya existentes o a estimular la construcción de mercados allí donde no existen (salud, educación, etc.), facilitando de este modo la libre circulación de los flujos de bienes y servicios a escala mundial […] el ciudadano social, atendido por una tupida red de dependencias colectivas, es sustituido por el consumidor libre y responsable que satisface sus necesidades acudiendo a un mercado” (Vázquez, 2005: 94 y 95) Luego se desprenden también las diferentes mixturas de lo público y lo priva- do, cada uno en el otro incesantemente.
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