Seminario de equidad e inclusión universitaria
40 Seminario de Equidad e Inclusión Universitaria La primera vez que aplicamos el test de diagnóstico del propedéutico en el 2007 queda- mos horrorizados, porque el promedio fue un 1,4 y, al proyectar lo que podríamos hacer hasta diciembre, pensamos que dichos estudiantes no serían capaces de aprobar mate- máticas, ni lenguaje, ni gestión personal. Entonces, sobre la marcha decidimos evaluar a estos jóvenes según la progresión que demostraban en base a su propio punto de par- tida. De ese modo, tras la primera prueba de diagnóstico, en diciembre, los estudiantes obtuvieron un promedio de 2,2, lo que nos permite afirmar que sí progresaron. Porque sería una ilusión que un propedéutico de 16 semanas impartido solo durante los días sábado por la mañana, pueda remediar una deficiencia de contenidos que se remonta desde primero básico hasta cuarto medio. En ese sentido, el propedéutico se plantea como un programa de selección basada en la progresión, por ello cuando una persona faltaba a una clase ya no podía conti- nuar el curso. Pues lo que nos importa para la selección, es que la persona demues- tre perseverancia, fuerza de voluntad y compromiso. Ciertamente es un sistema de selección tremendamente duro, pero los datos publicados en una revista americana sobre políticas de educación superior demuestran que al contrario de lo que se ten- dería a creer, no es demasiado tarde para brindar estos planes de acompañamiento dirigidos a estos jóvenes durante la etapa de cuarto medio. Posteriormente, cuando estos alumnos ingresan a bachillerato, al principio les va mal, pero es allí donde los nivelamos. Sin embargo, en Chile hay gente que cree que lo que no se aprendió en kínder supone un estado irreversible de carencia imposible de revertir en cuarto me- dio. Al respecto, es patente que el Estado chileno tiene que invertir más en la educa- ción preescolar, pero afirmar que lo que no se aprendió en dicha etapa en adelante significa un daño irreversible para las personas, creo que es un error cargado de vio- lencia. En los próximos días de diciembre se lanzará un libro muy interesante llamado “Dime en qué colegio estudiaste y te diré qué C.I. tienes”. Precisamente esa idea de determinismo es la más difícil de transformar en este país. Dentro de los desafíos del propedéutico también nos hemos planteado mejorar las expectativas de los estudiantes, ya que si aspiramos a mejorar la calidad de la edu- cación media en Chile debemos generar expectativas dentro de la sala de clases. Porque si los jóvenes no tienen expectativas evidentemente la educación pareciera ser anodina en sus vidas. Pero el efecto de las expectativas que genera el propedéu- tico se han expresado de manera positiva en el aumento de los puntajes PSU. Pese a todo, los propedéuticos están desapareciendo, pero lejos de abandonar el trabajo queremos dar rienda a un nuevo proyecto que se inicie en primero básico.
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