Seminario de equidad e inclusión universitaria

Seminario de Equidad e Inclusión Universitaria 29 mación complementaria que resalten los principales patrones de datos, facilitando de ese modo la lectura de la información recabada. Y una vez que las herramientas que hemos elaborado dan cuenta de los porcentajes y metas, el próximo paso es pregun- tarse por qué existen tales brechas o inequidades. Cuando reflexionamos sobre tales casos, nos percatamos que en base al tipo de socialización que hemos recibido los académicos, tendemos a esperar que los estudiantes se acerquen a nosotros para solicitar apoyo u orientación. Y por cierto, resulta muy difícil cambiar ese tipo de pa- radigma cuando se cree que la responsabilidad de éxito reside en el propio individuo. Un ejemplo común es cuando los estudiantes sub-representados quieren realizar una práctica profesional en una empresa internacional pero no saben dónde pueden ave- riguar la información o bien les da vergüenza solicitar ayuda, e incluso se sienten que no pertenecen a la Universidad. Es ahí donde deben estar alerta los académicos para brindar apoyo a la falta de capital social de los estudiantes. Lo que hacemos nosotros como Centro de Excelencia Académica es elaborar un Plan de Gestión para ir observando las tutorías de los estudiantes y a partir de allí ir fa- cilitando los recursos y redes que más necesiten. Como resultado podemos distinguir que un “recurso”, se vuelve realmente tal según las necesidades de los estudiantes. En muchas ocasiones lo que creemos como recurso, contribuye sin querer a la in- equidad, en la medida que siempre será más fácil cambiar las prácticas que cambiar la historia personal de los estudiantes. Es decir, si los estudiantes provienen de es- cuelas donde no recibieron una buena educación, no podemos cambiar eso, pero sí podemos incidir en la forma de hacer las cosas dentro de la Universidad. A modo de ejemplo, en el centro que dirijo, casi todos los asistentes de investigación que poseen becas, pertenecen a grupos minoritarios. Otro elemento que sugiero es integrar las prácticas de equidad a los concursos, pues es una forma de incentivar la elección de los académicos como agentes de cambio comprometidos con la equidad, con- tribuyendo además a cambiar la cultura. Y como último ejemplo, una buena práctica de asesoría y autorreflexión dentro de mis metas como académica, es reunirme con cada uno de mis estudiantes por media hora para saber algo más de sus historias y así poder trabajar de manera conjunta con ellos. Por eso, una de las grandes ventajas de la investigación-acción que desarrollamos, es la posibilidad de observar las rutinas cotidianas, lo cual nos permite comprender las experiencias de los estudiantes vulne- rables desde las propias prácticas, porque cuando el equipo académico se involucra en la investigación, logra comprender esta realidad de cerca, así como le sucedió al Rector con la estudiante de Isla de Pascua.

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