Taller de investigación teatral : T.I.T

77 . . de nuestro pueblo. Tampoco incurre en una idealización de lo popu­ lar, ya que estas tres Ivlarias y esta Rosa son mostradas en su na­ turaleza contradictoria, pueril, grotesca a ratos, moviendo a la r i ­ sa compasiva o a la condescendiente benevolencia. En un mundo en el que conviven la angustia, el juego, la veleidad, la iracundia y el espíritu solidario. "Cada una de ellas asume su rol y se define frente al hombre en una actitud esencialmente constructiva, preservadora de su integridad como pareja o tamilia. Aún a este nivel la obra destaca, sin eufe­ mismo ni optimismos consoladores, la situación de dependencia múl­ tiple de la mujer en nuestra sociedad, en cuanto su vida está perma­ nentemente sujeta a decisiones ajenas y su libertad de optar está cir­ cunscrita a un marco reducido. fla religiosidad de estas mujeres, primitiva y entendida fundamen­ talmente como una reivindicación de la justicia social, es otro de los aspectos importantes de la obra, ya que ella se da estrechamen­ te ligada a la vida. Si sus rituales se dan de manera periódica, co­ mo en el juego-representación de la boda, también se manifiesta como una esperanza y un anhelo de justicia en la ingenua concepción del Juicio Final. L<a fluidez y el poder de convicción de la obra es resultado directo de su lenguaje. Este ha sido asimilado por las actrices no sólo en sus giros y neologismos, sino también en sus modalidades fonéticas. Cada personaje ha sido cuidadosamente elaborado en este aspecto, evitando la frecuente uniformización que se hacía en nuestro teatro de los personajes populares. Si bien Tres Marías y una ilosa apunta básicamente al testimonio so­ cial y humano, constituye a la vez un documento que revela importan­ tes aspectos de la psicología popular, y de nuevas pistas para la ela­ boración de un teatro del pueblo y para el pueblo". JOSE ROMAN. Revista APSI N°6 l, Stgo. 15 /8 /79 .

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