Literatura, lenguaje y sociedad: 1973-1983
43 co -que esos cambios resultan pálidos frente a ,1a real altera ción de la sociedad chilena y que se presentan, además, entre mezclados con modos de abordamiento ya presentes en obras ante rieres al golpe militar. Esto nos lleva a pensar que. los ..tópi_ eos literarios también obedecen a formas, de desarrpllo propip de la literatura como sistema y — sin prejuicios previos— , a interrogarnos sobre algunos, supuestos que creemos deudores de cierto mecanicismo. Al respecto un ejemplo puede hacernos visualizar con más niti dez la relación tema y sociedad. Nos referimos al llamado si glo de oro español. Este período se presenta exactamente en el mismo tiempo en que- ser-hacía más poderosa la Inquisición. Pues bien, ninguna -de das obras de dicha época tematiza el ,h£ cho de la Inquisición de un modo directo.; Si nos remitiésp - mos sólo a la literatura la..persecusión religiosa no habría existido y menos aún habría-tenido la incidencia que tuvo en el cotidiano según lo atestiguan,¡los propios•documentos de la época (actas, relatos de juicios, reglamentos ,-¡ete^ ). No obs tante ello, la literatura sufrió entonces su más gran revolu ción en nuestra lengua. Aparece el Quijote y el barroco. En rigor, los'-'-'temá.s no, sufrieron modificaciones obvias pero sí el modo de constituirlos: aparece.la parodia y la proliferación del significante. Los nuevos discursos ocultan su sentido y lo enmarcaran. Un nuevo sujeto aparece en la obra perdiendo su trato 'natural' con el lenguaje para ser una ’construcción1. En ese sentido es que hemos puesto hincapié en la relación de la obra con el lenguaje. Como decíamos, los temas no han va riado mayormente pero sí se asiste paulatinamente a un cambio bastante radical en el estatuto del sujeto de la obra. Ese cambio no es conciente, o al menos, no resuelve en la esfera de lo estrictamente conciente, de allí los descalces entre lo que declara un autor y lo que en verdad aparece. Sin duda, podemos encontrar distintos grados de lucidez en el autor de una obra — eso resulta obvio— no obstante al poner en rela ción los productos con el ámbito social esa lucidez es sólo u na parte del tramado y repetimos, ella siempre podrá ser abar cada por la imagen que una sociedad proyecta de sí misma, es decir, por el modo que la piensan los distintos segmentos que la componen. Paradojalmente, como referíamos al comienzo de este trabajo, por primera vez probablemente en nuestra historia nos encon—
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