Literatura, lenguaje y sociedad: 1973-1983

3 8 el atropello a la dignidad humana, no es más que interpelacio­ nes al imaginario que una sociedad despliega y sobre el cual cualquier literatura se comprende. Diremos para sintetizar es to, que no hay un tema vigente en una sociedad que no sea tocado en algún memento por alguna obra literaria. Esto lo planteamos en forma axiomática. Es así y de allí partimos. Lo que sí sue le suceder, es que alguna obra literaria patentice un problema que no había sido explícito en la sociedad y en ese sentido,que temáticamente lo exprese. Lo que en verdad va a diferenciar una literatura de otra son las estrategias con que esa misma literatura es abordada. Allí si que se evidencian,los mecanismos represores generales de una organización social. Diremos que toda estrategia textual tiene, como fin implícito, el burlar y sortear esos mecanismos repre­ sores y que allí, el tema escogido, no es más que una pantomima de esa relación. Pues bien, en lo que sigue nos remitiremos al trabajo "Vida co­ tidiana, cultura y política" de José Joaquín Brunner (Ed. resu­ mida en "Encuentro de Chantilly I" págs. 63-78), allí se anota que: "hay aquí un rasgo específicamente totalitario del autori­ tarismo tal cual se ha organizado en Chile, y que no necesaria­ mente es compartido por otras expresiones autoritarias. Se bus ca y obtiene un rígido control de los procesos ideológicos, a " la par que emerge un complejo sistema de censuras, prohibicio­ nes y exclusiones que hacen posible mantener la pureza de este campo en términos de la adscripción ideológica al régimen. Te£ timonio de ello son los procesos reiterados de depuración de las universidades, los mecanismos de control introducidos en el sis temá educacional, la prohibición para fundar y circular diarios y. revistas sin previa autorización política, la censura que exis té de hecho para acceder a programas y posiciones en la televi­ sión, la censura de libros, etc." y más adelante: "En estas con diciones, el régimen aparece con un excedente de poder simbóli­ co que le viene dado, precisamente, por la ausencia de 'ofertas1 comunicativas competitivas..." (el último subrayado es nuestro . Bueno, diremos que es precisamente ese excedente de poder sim - bólico lo que enmarca — en síntesis— el despliegue de nuestra literatura reciente. Én efecto, el paso de la esfera de lo público a lo privado que tan admirablemente describe y analiza el trabajo citado, impli