Literatura, lenguaje y sociedad: 1973-1983

21 mitados a la percepción física del autor. A esta postura suce de y en un número cada vez más creciente, i,a intención de inter relacionar la experiencia personal 'con ;-la experiencia colectiva y la literatura se adelanta así — en cierto'modo— a discursos que poniendo el énfasis en la reunáficacrióncomienzan .a-,ganar unanimidad en el interior de la sociedad chilena. El sesgo an- ti-partidista va tomando diversas facetas (en rigor no es anti, simplemente no toma en cuenta la instancia política-partidista) hasta desembocar en un discurso que apunta a lo que antes seña­ lábamos: la aparición de las 'masas,', del pueblo dentro de la li^ teratura más reciente pero con caracteres marcadamente distin - tos a esa aparición en literatura:por los mediados de los años treinta. Es así como la noción ¡de 'clase' por ejemplo, se ve textualmente reemplazada por.la noción de 'pobres'. La-noción de entorno humano.por la revitalización del entorno físico y la aparición de un nuevo lenguaje jugado en torno a palabras como patria, Chile, nación, destino común, etc. Esto nos lle­ va a hacer una nueva constatación. El discurso oficial, al e- iiminar uno de los términos de la cadena enunciativa, el recep­ tor que se ve impedido de ejercer cualquier tipo de respuesta, decíamos, el discurso oficial provoca una crisis en el interior de la secuencia significativa del lenguaje cuya resultante va a ser la implantación de dos discursos paralelos: el discurso ofi cia.Hfcan.teiy el discurso opositor que operará con los mismos términos, pero,,ai los cuales se le doblará el sentido. Así por ejemplo, el sobreuso de la palabra 'patria' dentro de la propaganda oficial-militarista origina en el receptor de di cha propaganda un. entendimiento desdoblado: entiende por prime ra vez lo qoae esa palabra significó dado que el uso actual que la publicidad le. da" no tiene memoria, apela a un sobrentendido que en rigor'no existe, la noción de patria (por seguir con el mismo ejemplo) fue- modelado por el curso de las luchas internas dentro de la sociedad^y adquirió allí su significación plena, curso en el cual las nociones de patria impuestas por la escola ridad, sólo fueron un ¡tamiz más, de una idea que-se iba consti­ tuyendo históricamente. , Si esto no fuese así,. el discjurso ofi­ cial sería difícilmente rebatible (no nos referimos a una con­ testación conceptual, cosa que-carece de importancia),.• No obs tante, su carácter fundacional -y su ignorancia respecto a los modos finalmente con que se van formando los lenguajes, lo ha­ cen permeable. Es esa permeabilidad lo que posibilita que el mensaje opositor (en su sentido, más amplio) encuentre cabida y formas administrativas — como la censura ejercida sobre la expresión— sean eludidas. Esa. ha sido una de las grandes de­ bilidades del discurso oficial, en ese sentido la literatura.

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