Literatura, lenguaje y sociedad: 1973-1983

20 nos un grado de desfasamiento. Es un hecho sabido que la so­ ciedad chilena ha visto el desmontaje de todas las organiza-- ciones de lo público existentes con anterioridad al 73, al es pació comunitario se ha restringido a su máxima excepción y sólo se ha dado en; marcos marginales de la organización social (comunidades cristianas, por ejemplo). Sin embargo, la nueva literatura no supone dicha situación, más bien parte como si ella hubiese yar sido superada y asistiésemos a una nueva orga nicidad de los espacios públicos. el sujeto que habla al in­ terior de esas obras, sólo en raros casos, no presupone una organización colectiva dentro de su misma obra y además un pú blico que necesariamente debería verse alterado,; o al menos conmovidoj por dicha obra. El escenario al que se alude no es el mismo espectáculo de masas que se ve en el Canto General, por ejemplo, pero sí responde a la suposición de un movimiento dé masas que apareciese, por así decirlo, de la nada. Por otra parte, múcha-s1'de las nuevas obras, están conciente o inconcientemente pens'adas para la declamación y esto ^-la de­ clamación— viene a ser una vuelta atrás bastante notoria pues había sido claramente abandonada.- Pues bien, todo este Conjuntó de características-nos informan de un descalce entre las obras ¡producidas.por una parte y la situación del lenguaje y el encuadre social concreto por.otra, Similarmente una parte importante -de ¡esta literatura plantea ere'"su i-textualidad una desconfianza implícita con respecto a ió político-partidista. Resulta demás decir que aquí se pro­ duce una coincidencia con el discurso oficial pero que está determinado -por una doble vuelta. ;El discurso oficial plantea como ¡un modo de ejercer su hegemonía la negación del concepto ¡ de. politica y de partidos políticos. En un comienzo se creyó' que. cualquier .^afirmación literaria dadas las circunstancias en las cuales se-generaba sé. ubicaría en la trinchera opuesta-. No obstante ¡ese implícito valorativo --toda obra debía ser'cantes t a t a r í a - c a m b i ó de curso cuando comenzó a aparecer la idea generalizada; de;que ‘el nuevo orden de cosas se sostendría du- Dánte -un j largo tiempo. Las obras de los nuevos autores que fueron isurgiendo s e .autoentendieron como una especie de dis - curso-de la sinceridad. Lo personal, y el embate que sobre e lio había caído se considera una realidad más importante e,in CluSo, negador de los delineamientos ideológicos. Así se a - siste a'la aparición de discursos autoreferentes, que temati- zan estrechas esferas-rde experiencias-personales, entornos li'

RkJQdWJsaXNoZXIy Mzc3MTg=