Literatura, lenguaje y sociedad: 1973-1983

11 retardadas respecto al momento social y otras que se anticipan al curso de los acontecimientos. La expresión que refiere al lenguaje como el inconciente colectivo representa bastante bien esa característica y es finalmente allí donde — manteniéndonos en la esfera del lenguaje— se explica la hegemonía que deter­ minados sistemas escritúrales por ejemplo, van ejerciendo sobre otros y que toquen a su vez planos distintos. La antipoesía pa rriana así representa exactamente la valorización máxima que ha alcanzado la oralidad dentro del sistema general del lenguaje, pero a su vez, la obra de Neruda (o al menos un fragmento de e- 11a) ha sido apropiada por las mayorías transformándola ellas en oralidad. De esa manera puede verse que el 'destino' de u­ na obra literaria, su 'posterioridad' como dirían los románti­ cos, sí esta estrechamente ligada al estado de lenguaje que en cuentre y según ese estado es que será entendida de una u otra manera. Lo que una obra literaria sí puede hacer es adelantar se a una situación futura de la lengua --no tanto a profetizar hechos históricos como se quiere, siempre forzando los aconte­ cimientos, ver-- y es eso lo que explica finalmente el conoci­ do suceso de los 'reconocimientos tardíos' de un autor o de u­ na obra, y es también el único terreno en que la también cono­ cida afirmación 'yo escribo para el futuro', 'en cien años más mi obra será entendida', etc. encuentra una posibilidad de que tales afirmaciones resulten ciertas, Ahora bien, la poesía chilena osciló entre el año 54 y media­ dos de la década del 70 entre dos polos fundamentales a los cuales se fueron subsumiendo las otras obras representativas producidas en nuestro país. Ambos polos, Nicanor Parra y Pa­ blo Neruda, representan los casos más extremos y representati_ vos de una situación y de un período lingüístico que iba sien­ do paulatinamente remodificado. Ambas obras ingirieron social mente y encontraron eco en sectores de la sociedad chilena dei bordando los delineamientos ideológicos. Sin embargo, esa in­ gerencia tuvo características diametralmente distintas que co­ rresponden y a su vez ilustran los desfasamiento del lenguaje con respecto a la situación social concreta. Mostramos ya co mo a un período histórico en que se llega a una máxima bipola rización, en que las clases dominantes se ven debilitadas de ejercer por medio de la democracia su hegemonía, le correspon dió — contrariamente— un lenguaje en su mayor grado de uni- formización. Es esa uniformización lo que la antipoesía pudo prever y en cierto modo adelantar. Su influencia dentro de las capas intelectuales llegó a ser absoluta e indiscutible, al mis mo tiempo que era nula en las grandes masas que hablaban preci-

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